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Columna
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Vinos y guías

Se aproxima el final de año y, como siempre, el mundo del vino sufre un bombardeo de guías y suplementos. Si durante el resto del año las editoriales del vino sufren por sus pocas ventas y las revistas especializadas no conectan con el gran público, metidos en fechas próximas a la Navidad todo ese sector se siente feliz. Se escribe, se habla, se consume. La panacea. Lástima que esta fiebre no dure todo el año.

Puestos a pedir, habría que exigir en ciertas publicaciones más rigor a la hora de conceder puntos y medallas a los vinos catados. Porque tampoco es cuestión de añadir confusionismo en un mercado saturado de marcas y bodegas.

También hay que recomendar rigor al consumidor a la hora de hacer sus compras. No existen los chollos en el mundo del vino. Hay que desconfiar de los que nos ofrecen vinos sin etiqueta con el argumento de que se trata de un vino conocido pero embotellado especialmente para los amigos. Por cierto, esta práctica está totalmente prohibida.

El vino de una bodega de prestigio dará categoría a nuestras celebraciones navideñas. La familia y los amigos nos lo agradecerán, sobre todo cuando vean en los lineales del supermercado o tienda su precio. El vino "embotellado especialmente" para la empresa, txoko o cofradía, carece de valor, por no hablar de las marcas blancas y paralelas que cada vez más inundan nuestro mercado.

Tampoco es tiempo de excesos; no queramos acabar con todo el vino que seguramente nos hayan regalado. El vino bien guardado no se estropea. La magia de disfrutar el vino está fundamentada en que debe ir acompañado de buenos amigos y tertulia. Lo más triste que hay es tomar el vino en soledad.

Llegadas estas fechas, donde el consumo de cava se dispara, hay que volver a recomendar su consumo al principio de las comidas. Beberlo al final de los ágapes provocará un maridaje fatal. Porque se trata de un mosto seco que combina mal con unos postres dulces. y, lo que es peor, por el carbónico que reciben nuestros estómagos. Vamos, que puede parecerse a una olla a presión.

En este recorrido del dios Baco por nuestras mesas, tengamos siempre presente que el consumo de los vinos jóvenes irá antes que los viejos; los blancos afrutados por delante de los fermentados y criados en barricas de roble. Por lo general, los mostos ligeros ocuparán primeros puestos ante los nuevos vinos de autor, potentes y estructurados. Los dulces, para postres y tertulias. Su abanico de aromas y sabores nos transportarán a las suaves temperaturas y aromas de la primavera: flores, frutas en toda su gama, y miel.

Los vinos dulces son ideales para maridar con turrones, mazapanes, trufas y pastelería, que durante el año hay tiempo para hacer dieta. Con el añadido que con ellos suplimos a los destilados de mayor graduación. Es tiempo de fiesta y de descubrir otras viandas y vinos. Olvidarnos por unos días de los de diario. Cada día más encontramos en las estanterías vinos de todas las denominaciones de España y, por qué no, de otros países. Uvas y vinos que cada día nos son más familiares -Cabernet, Merlot, Shiraz, Viognier- empiezan a entrar en nuestras casas. Ni mejores ni peores; sencillamente, diferentes.

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