Me hago catódico

Garci nos dio un susto el lunes programando en Qué grande es el cine (La 2) El cardenal. ¿También tú, José Luis? Ese día, 48 horas después de la manifestación, la parrilla televisiva aún ardía de padres y prelados, con-capa y sin ella, y alguien pudo pensar que el cineasta hacía de su capa un sayón.La película del gran Preminger no justificaba luego tales sospechas; el sacerdote interpretado por Tom Tryon está, sí, contra el aborto, aun a costa de que su hermana muera en un difícil parto, pero al menos a él le angustia el resto de su vida esa decisión, siendo además un firme resistente al nazismo y el racismo. En la escena de su entronización como obispo sólo tuve ojos para los tocados eclesiásticos: qué decadencia, desde las hermosas mitras y capelos que allí se ven a la gorrilla de Rouco cuando salió a la calle este verano.

Eva Hache (Noche Hache, Cuatro) tampoco tuvo más remedio que hablar de la mani, pero ella no se puso el sombrero: tomó el pelo. Su colaborador Ricardo Castella hizo una divertida ecuación sobre lo que cabe en el metro cuadrado católico elevado al cubo urbanístico; según ese cálculo, 180 personas vivirían holgadamente en los pisitos de 30 metros tan ridiculizados por la derecha. Y la propia Eva dijo que el sábado hacía en Madrid 3 bajo cero (según la Delegación del Gobierno) o 16 grados (según los organizadores). Yo no puedo darles mi temperatura de crítico. Ese día me quedé en casa. Sin ver la tele.

Momentos estelares de mis 24 horas catódicas: el montaje paralelo de la rueda de prensa de Rajoy, que se detenía en su frase de que a la manifestación había también ido "gente normal", mientras la pantalla detrás de Eva Hache mostraba la manifiesta foto de Zaplana. Franco aún vivo en el reportaje (7 días, 7 noches, Antena 3) sobre los restos económicos del franquismo. Pedro J. (59 segundos, TVE-1) pidiendo que Zapatero se normalice, no llamándose a sí mismo "rojo".