Las tropas españolas llegan a la zona del seísmo en Cachemira
La fuerza de reacción rápida de la OTAN ha estado una semana paralizada en Pakistán
Tras una semana sin hacer nada en Pakistán llegaron los primeros soldados de la Fuerza de Intervención Rápida de la OTAN a Cachemira. Lo hicieron de noche, sin sacos de dormir ni tiendas de campaña y con 12 horas de viaje a sus espaldas. Son los 36 soldados de la Unidad de Apoyo al Despliegue, los encargados de levantar el campamento, instalar las letrinas, el comedor, las fosas para las aguas residuales, la lavandería y 160 tiendas para el resto de sus compañeros.
Durante tres meses los militares trabajarán en labores de reconstrucción dentro de la comarca de Bagh. No es la zona más afectada por el terremoto del 8 de octubre pero sí una de las de más difícil acceso y donde más duras son las condiciones de trabajo.
Habían dado las nueve de la noche cuando tres microbuses cargados de españoles entraron en la aldea de Arja Dina. La mayoría de los 120 vecinos llevaban ya varias horas dormidos. El terremoto les dejó sin casa y ahora viven en tiendas de campañas. No murió ninguno, sólo heridos leves. Y se muestran encantados con que gente que ha venido "desde tan lejos" vayan a ayudarles. Los españoles tuvieron que esperar recostados en el autobús varias horas a que los camiones que traían sus equipos llegaran a la zona del terremoto.
Razones burocráticas unidas a la festividad del Ramadán se han unido para que los primeros 87 de los 370 soldados que enviará España a Pakistán hayan estado más de una semana en el país sin hacer nada. "Aquí viene con nosotros gente muy joven y me recuerdan a los perros en una cacería, que los sujetas a duras penas. No ven la hora de ponerse a trabajar. Para eso hemos venido aquí".
Los más de 40 militares que llevaban una semana matando el tiempo con vídeojuegos, libros y DVD, enclaustrados en un hangar del aeropuerto de Lahore, tenían previsto partir hoy hacia Rawalpindi y de allí a la zona del terremoto. Otros 180 iban a salir anoche desde la base de Torrejón de Ardoz hacia Lahore. Y así hasta completar los 370 soldados que España ha comprometido en esta misión de la Fuerza de Intervención Rápida donde también participan Italia y Polonia.
Se trata de la primera operación de ayuda humanitaria de la OTAN en sus 46 años de historia que lidera España. Y es por tanto el Gobierno español quien desembolsará los 14,5 millones de euros que cuesta. El despliegue comenzó a torcerse cuando el Gobierno paquistaní anunció un día antes del viaje de los españoles a Islamabad que no sería posible aterrizar en el aeropuerto de la capital y que tendrían que desviarse hacia Lahore, casi 400 kilómetros más alejados del epicentro del terremoto.
Cada noche los soldados recibían noticias de que a la mañana siguiente ya saldrían por fin para Cachemira. "En Rawalpindi llegamos a cargar y descargar los petates en los camiones tres o cuatro veces. Por lo menos, así teníamos algo que hacer. Lo que te mata es estar ocioso", comentaba un soldado. "Lo que peor llevamos", comenta otro compañero suyo, "es lo del teléfono, que es carísimo. El minuto de llamada a España son tres euros. Y cada mensaje sale por casi un euro. Espero que nos pongan pronto las cabinas, porque además en la zona no hay cobertura".
El campamento se levantará en la aldea de Arja Dina, donde viven 120 personas, a cinco minutos del pueblo de Arja, a 35 de la localidad de Bagh, a seis horas de Islamabad y a 10 de Lahore. Los soldados ya sabían que el mayor riesgo que pueden correr es el de sufrir un accidente en las carreteras. Sabían que son estrechísimas, tortuosas y que se conduce con mucha temeridad.
Algunas zonas donde van a trabajar los militares de la OTAN parecen realmente dañadas. Otras, no tanto. Algunos miembros de la misión creen que tal vez los 14,5 millones de euros que ha invertido el Gobierno español en la operación podrían haber servido para ayudar a las víctimas de manera más eficaz. Sin necesidad de desplazar a 800 soldados (entre españoles, italianos y los polacos) a Cachemira.
El invierno aún no ha llegado. Aunque por las noches bajan mucho las temperaturas, de día aún se puede caminar en mangas cortas y hasta bañarse en el río. Pero todas las organizaciones de ayuda humanitaria han advertido de que hay que procurar refugio en cuanto antes a las víctimas del terrorismo. En Cachemira el invierno se presenta sin avisar, de un día para otro, y hay gente que aún no dispone de tiendas de campañas donde refugiarse
A unos pasos de la aldea discurre el río Nala-e Mall, donde los vecinos del lugar se asean, lavan la ropa y los coches. A muchos metros de altura sobre el Nala-e Mall, se extiende entre dos montañas un puente colgante de madera digno de las mejores películas de aventuras. Por la comarca se ven mujeres y niñas subir del río con vasijas plateadas en la cabeza. No obstante, la mayoría de las mujeres permanecen en sus casas. Quienes van a ser durante el invierno vecinos de los militares españoles no sabían ayer que entre la tropa habrá mujeres. No gusta la idea.
"Si viene una mujer, vale... Si son dos... bueno. Y hasta tres. Pero ya con más puede haber problemas. Si llegan más, nos gustaría que se cubrieran como van las nuestras", comentaba el sábado Naveed Ahme, un soldado de 27 años de vacaciones en la aldea por el Ramadán.
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