Nagel denuncia a Porcelanas Bidasoa por vender y "plagiar" sus diseños
El pintor y escultor de San Sebastián Andrés Nagel ha interpuesto una querella criminal contra Porcelanas Bidasoa SL, a la que acusa de cometer un presunto delito contra la propiedad intelectual. El artista donostiarra considera que esta empresa de cerámica radicada en Irún (Guipúzcoa), con una red comercial extendida por todo el mundo, estaba vendiendo diseños de sus obras sin autorización y, además, comercializaba a gran escala plagios de sus diseños.
Su denuncia ha sido admitida a trámite por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Irún, que ya instruye las diligencias previas y ha adoptado medidas cautelares, según ayer hizo público la Fundación Arte y Derecho, que financia la querella del artista "en atención a su relevancia social". Entre estas medidas, ya se ha realizado el registro de la factoría y se ha procedido al "precinto y secuestro de las porcelanas plagiadas o ilícitamente transformadas, así como de los moldes y planchas utilizados para su producción industrial", según afirma el comunicado de la citada fundación. También se ha ordenado la suspensión de toda actividad de reproducción y comercialización.
Nagel aceptó en 2001 el encargo de Porcelanas Bidasoa SL de diseñar tres series de vajillas de porcelana que se denominaron Arzak, Duna y Gourmet. Pero el artista considera que posteriormente la empresa incumplió los compromisos acordados ya que no sólo vendían diseños suyos sin autorización, sino que comercializaban a gran escala plagios de sus diseños. Al no conseguir resolver el problema de manera amistosa, recurrió a la Fundación Arte y Derecho, creada por VEGAP, la entidad que gestiona los derechos de autor de los creadores audiovisuales.
Se trata de la primera vez que se denuncia en Euskadi un presunto delito contra la propiedad intelectual de estas características. Según la Fundación Arte y Derecho, tendría como finalidad no sólo resarcirse de los daños causados, sino también conseguir que la intervención judicial persiga la impunidad de los "reiterados" atentados contra la propiedad intelectual.
Babelia
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