Sí al agua del Tajo
El presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia le ha propuesto a la ministra de Medio Ambiente quedarse con el agua del trasvase Tajo-Segura que le corresponde a Almería. Si el Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia fuera socialista, a estas horas se habría montado en nuestra provincia un enorme escándalo, avivado por quienes mejor saben hacerlo: los prebostes del Partido Popular de Almería. En su visita semanal, el señor Arenas Bocanegra habría echado queroseno al fuego de una indignación sin precedentes. Habría habido un desgarro de vestiduras, un alzar los brazos al cielo, petición de dimisiones, convocatorias de manifestaciones en las que exhibir de nuevo las tan viajadas pancartas del "Agua para todos", agrias diatribas contra la insolidaridad. Un acabose, en suma.
Pero el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia es del PP, y, además, uno de los patrocinadores y abanderados del "Agua para todos", slogan convertido de la noche a la mañana en un provocador "Toda el agua para unos". La disparatada idea de "permutar el agua", como ha llamado a la propuesta, consiste en que Murcia se queda con el agua de Almería y Almería se busca la vida en otros trasvases (cuyas infraestructuras están diseñadas para transportar un determinado caudal anual, no más), tratando así de enfrentar a nuestros regantes y a los de Murcia, con quienes siempre ha habido una excepcional relación de hermanamiento, complicidad y causa común, y también a los de otras cuencas, las que ya comparten con nosotros, en un extraordinario ejemplo de solidaridad, su agua. Por fortuna, la seriedad de los regantes murcianos impedirá que asuman la propuesta de su presidente, por mucho que necesiten los recursos.
Porque no estamos hablando de un trasvase, el del Tajo-Segura, en cuyo proyecto inicial figurase Almería como un invitado de favor y bajo determinadas circunstancias, sino de una obra en la que nuestra tierra fue incluida como beneficiada de pleno derecho, una infraestructura que ya hace un cuarto de siglo supuso un hito para nuestra provincia y un extraordinario revulsivo del desarrollo agrícola del valle del Almanzora. El trasvase Tajo-Segura tiene 300 kilómetros de longitud y atraviesa Castilla-La Mancha hasta llegar al pantano del Talave, desde donde se distribuye a Murcia, Alicante y Almería. La política hidráulica del nuevo Gobierno nunca ha puesto en cuestión dicha obra, absolutamente consolidada ya, pero, por el contrario, es en esa distribución donde los dirigentes del PP han encontrado ahora la oportunidad de poner en práctica lo que mejor saben hacer cuando se habla de agua: intentar provocar enfrentamientos entre Comunidades.
Ante el clamoroso silencio de los 'populares' almerienses, desde el PSOE nos hemos expresado de manera rotunda: el agua que Almería recibe del Tajo-Segura es irrenunciable e innegociable. Es nuestro derecho, un derecho sin "dependes", sin "ya veremos", sin letras pequeñas. Un derecho con todas las de la ley. La cantidad que recibimos anualmente, junto con las desaladoras, el agua del Negratín y el mejor aprovechamiento de nuestros recursos, forma parte esencial de los planes del Ministerio para cubrir nuestro déficit hídrico. La idea en que se basan dichos planes consiste en sumar recursos, no en reducirlos.
Y no se tiene noticia de que nadie en el PP almeriense le haya afeado la conducta a su compañero de Murcia. Todo lo más, una hipócrita generosidad del señor Arenas: "Si Almería necesita agua del Tajo, tendrá agua del Tajo". ¿Si Almería necesita agua del Tajo? ¿Su va y viene constante, repetitivo y atosigante a nuestra provincia no le ha servido para resolver esa sencilla incógnita? Yo le ilustro, señor Arenas: Sí, Almería necesita el agua del Tajo, y la tendrá porque, a diferencia del Gobierno del que fue usted vicepresidente, el actual no se plantea ni remotamente vulnerar los derechos de esta tierra.
Martín Soler Márquez es parlamentario andaluz por el PSOE de Almería y senador autonómico.
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