Carrera contrarreloj para lograr la vacuna
Los laboratorios asociados a la OMS preparan con la industria el arma clave en caso de pandemia
El ministro húngaro de Salud, Jeno Racz, aseguró anteayer que su país ha producido una vacuna "100% eficaz" en la protección de los humanos contra el virus de la gripe aviar H5N1. Su afirmación se basaba en un ensayo con 100 voluntarios, uno de los cuales era el propio Rack. El ministro añadió que Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Ucrania, Indonesia, Filipinas y Mongolia se habían interesado ya por el producto. La Academia Húngara de las Ciencias se apresuró a señalar: "Esta vacuna será un gran estímulo para la industria". ¿Ha logrado Hungría la solución definitiva contra la gripe aviar que todo el mundo buscaba?
No. La vacuna, producida por la empresa Omninvest, una filial húngara de la farmacéutica chipriota Sumpter, no es más que el prototipo que la OMS entregó en abril pasado a todas las compañías productoras interesadas en su desarrollo. Es la misma vacuna que tiene la farmacéutica francesa Sanofi Aventis, la estadounidense Chiron, la canadiense ID Biomedical, la australiana CSL y varias otras compañías de menor tamaño.
El virus tiene ocho genes, y uno de ellos es el responsable de hacer la hemaglutinina
En caso de pandemia sólo se podría vacunar contra el virus al 2% de la población mundial
La OMS y los mejores científicos especializados en el virus de la gripe dan por seguro que, tarde o temprano, un virus de la gripe aviar acumulará las mutaciones necesarias para una transmisión eficaz de persona a persona y causará una pandemia, como ya ocurrió en 1918, 1957 y 1968. Pero nadie sabe si el virus que va a mutar será el H5N1. Si no lo es, la vacuna distribuida por la OMS no servirá. Y aun si lo es, las mutaciones pueden hacerlo irreconocible.
De hecho, la producción en masa de esta vacuna está expresamente desaconsejada por la OMS, que advierte de que "toda decisión de fabricar grandes cantidades de vacuna antipandémica antes del comienzo de una pandemia comprometería necesariamente la capacidad de producir vacuna antigripal convencional". Entonces, ¿por qué la OMS distribuyó el prototipo en abril?
Los virus de la gripe, sean aviares o humanos, sólo suelen infectar a las células de los sistemas respiratorio y digestivo. Pero, desde que el H5N1 hizo su primera aparición en Hong Kong, en 1997, los científicos han averiguado que ataca a casi todas las células del cuerpo, y que ello se debe a un pequeño tramo de su hemaglutinina (la "H" de H5N1), una de las dos proteínas de su cubierta externa. Las vacunas de la gripe son virus que se cultivan en embriones de pollo -huevos de gallina fertilizados-, pero el H5N1 es tan agresivo que mata al embrión. Éste es el primer problema que ha habido que resolver sin esperar a que el virus mute.
Lo han hecho dos laboratorios asociados a la OMS: el de Kanta Subbarao, en los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en Atlanta), y el de Robert Webster, en el hospital infantil St. Jude de Memphis. Han utilizado muestras de virus H5N1 de víctimas humanas de los brotes de 1997 y 2003.
El virus tiene ocho genes, y uno de ellos es el responsable de fabricar la hemaglutinina (H). Los dos laboratorios eliminaron el tramo peligroso del gen H y lo usaron para reconstruir un virus de diseño: los dos genes de la cubierta externa son los del H5N1, pero con la letalidad eliminada, y los otros seis genes son de una cepa master que se usa habitualmente para hacer las vacunas de la gripe convencional.
El resultado es una vacuna, es decir, un virus que no es letal, crece bien en huevos de gallina y, como lleva la cubierta exterior del H5N1, su inyección en una persona induce anticuerpos contra el virus aviar.
Ése es el virus prototipo que la OMS distribuyó en abril a las empresas fabricantes de vacunas.
La técnica, que implica la reconstrucción de un virus con un gen modificado, es novedosa en la producción de vacunas, pero no en los laboratorios de investigación básica. Por ejemplo, un equipo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Yangzhou (China) anunció en febrero que había construido un virus prototipo similar.
Pese a que la OMS no recomienda -más bien desaconseja- fabricar en masa la vacuna prototipo, algunos países ya la han comprado y almacenado. El mes pasado, el Departamento de Salud de Estados Unidos firmó un contrato de 100 millones de dólares con Sanofi-Pasteur, que ha forzado a esta empresa a dedicar por entero su planta de Swiftwater (EE UU) a producir vacuna contra el H5N1 desde principios del mes pasado hasta finales de éste. Sanofi, que también ha firmado un contrato con Australia y está en negociaciones con la UE, está duplicando la capacidad de sus dos fábricas de vacunas antigripales. Y también comprando corrales enteros de gallinas ponedoras. Parte de estas adquisiciones de vacuna, sin embargo, se deben a la necesidad de investigar su uso.
Por ejemplo, la vacuna de Sanofi-Pasteur está siendo sometida a ensayos clínicos en Estados Unidos y Francia. Aunque la vacuna no sirva en caso de pandemia, los resultados de estos ensayos serán muy importantes para acelerar los procedimientos de aprobación en el futuro.
El Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID) presentó en agosto un ensayo preliminar con 452 personas. La vacuna induce una buena respuesta inmunológica, según este ensayo, pero sólo cuando se administran dos inyecciones con 90 microgramos de antígeno (material vírico) cada una.
Esto es un problema grave. La vacuna de la gripe convencional sólo usa 15 microgramos de antígeno. La capacidad de producción mundial es de unos 1.000 millones de dosis de 15 microgramos al año (que dan para tratar a 330 millones de personas, ya que la vacuna convencional inmuniza contra tres virus de la gripe distintos). Eso quiere decir que, con la actual capacidad de producción mundial, en caso de pandemia sólo se podría vacunar contra el virus aviar al 2% de la población mundial, un porcentaje que "difícilmente serviría para frenar la pandemia", según reconoció el director del NIAID, Anthony Fauci, al presentar los resultados.
Más del 90% de la vacuna de la gripe (convencional) se produce en nueve países: Australia, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Holanda y Estados Unidos. Según la OMS, "la experiencia indica que, en caso de pandemia, los países fabricantes probablemente satisfarán plenamente su demanda nacional de vacunas antes de liberar suministros para el mercado de exportación".
El Ministerio de Sanidad español está en negociaciones con un laboratorio suizo para instalar en el país una planta de fabricación de vacunas antigripales, que será útil tanto en caso de pandemia como en las campañas anuales contra la gripe convencional. Pero la planta no estará lista antes de 2009. En su reunión de esta semana en Londres, los ministros de Sanidad de la UE han acordado buscar fórmulas para "distribuir la futura vacuna pandémica de forma sensata y ordenada", según fuentes del ministerio español.
En cualquier caso, la OMS considera muy importante explorar formas de reducir la cantidad de vacuna necesaria para inducir una buena respuesta inmune, y el primer ensayo clínico de baja dosis empezó en Francia el mes pasado. Agnes Hoffenbach, responsable de investigación sobre la vacuna pandémica en Sanofi-Pasteur, ha anunciado los primeros resultados para diciembre.
Hay más problemas. Si el virus mutante que cause la pandemia es un derivado del H5N1 actual, lo más probable es que también mate a los embriones de pollo, y que también haya que modificar su gen H. Las actuales regulaciones europeas obligarían a considerarlo un organismo genéticamente modificado (OGM), una clasificación que nunca ha merecido ninguna vacuna, y que implica la imposición de unas pruebas de seguridad que consumirían mucho tiempo.
Según el Ministerio de Sanidad, "la OMS va a pedir a las agencias del medicamento de los países de la UE que colaboren agilizando los trámites de aprobación". Pero éste es un problema que la Comisión Europea deberá resolver incluso si no hay pandemia, porque los científicos han demostrado en los últimos años que las técnicas de modificación de los genes víricos son claves para mejorar las vacunas antigripales de cualquier tipo, para acortar sus tiempos de producción y para desarrollar vacunas contra decenas de virus respiratorios distintos de la gripe.
Queda aún otro problema más. Las técnicas de modificación genética del virus de la gripe que han usado los laboratorios asociados a la OMS están patentadas por la compañía MedImmune, de Gaithersburg (Estados Unidos). La patente no impide el uso de estos procedimientos en los laboratorios de investigación básica, pero la fabricación en masa de vacuna pandémica es una actividad comercial. La OMS está negociando con la empresa norteamericana en un intento de abaratar las licencias. Pero MedImmune alcanzó el mes pasado un acuerdo con el NIAID para desarrollar una vacuna intranasal contra el H5N1.
Patentadas o no, las mismas técnicas genéticas servirán para acortar el tiempo desde que el virus se identifica hasta que la vacuna está disponible. Los laboratorios tardan ahora seis meses, pero los dos primeros se van en mezclar el virus estacional (ocho genes) con la cepa master (otros ocho genes) y buscar el prototipo deseado entre las 256 combinaciones posibles. Las técnicas genéticas permiten construir el virus directamente, en dos semanas. Una vez reconstruido, el virus prototipo debe ser cultivado (un mes) y sometido a un pequeño ensayo clínico de seguridad (dos meses). Si el virus se ha seguido cultivando sin esperar a los resultados del ensayo, el proceso completo puede acortarse de seis a cuatro meses.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Ministerio de Sanidad y Consumo
- VIII Legislatura España
- OMS
- Gripe
- Gripe aviar
- Prevención enfermedades
- Enfermedades respiratorias
- PSOE
- Ministerios
- Vacunas
- Tratamiento médico
- Legislaturas políticas
- Investigación científica
- Salud pública
- Vacunación
- Partidos políticos
- ONU
- Política sanitaria
- Enfermedades
- Medicina preventiva
- Gobierno
- Organizaciones internacionales
- Administración Estado
- Sanidad
- Medicina