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Las capitales vascas expedientan a 400 bares por exceso de ruido e incumplir los horarios

La mayoría de las infracciones se producen en los cascos antiguos de las ciudades

Mikel Ormazabal

La cruzada que mantienen los principales ayuntamientos del País Vasco contra los excesos de la vida nocturna se ha materializado en la apertura de casi 400 expedientes este año. La mayoría de los casos registrados en Bilbao, Vitoria y San Sebastián se deben al incumplimiento de la normativa del horario de cierre de los locales. En los últimos años están descendiendo las sanciones por exceder los niveles de ruido permitidos dentro del establecimiento. Las principales molestias provienen ahora de los alborotos que los clientes de bares y discotecas causan en plena calle.

En Vitoria se ha expedientado hasta mayo a 85 establecimientos por cerrar más tarde de la hora permitida y a 50 locales por exceso de ruido. La mayoría de estos bares se encuentran en el casco viejo y en el Ensanche, asegura un portavoz del ayuntamiento. En los últimos años ha decrecido el número de sanciones por rebasar los niveles acústicos, gracias a la insonorización de locales y la instalación de limitadores, mientras que han aumentado los casos de bares que no respetan los horarios nocturnos. Vitoria tiene capacidad para imponer multas que oscilan entre los 300 y los 5.000 euros, aunque nunca ha castigado a ningún propietario con más de 2.000 euros.

El Ayuntamiento donostiarra ha abierto hasta agosto 79 expedientes por incumplir el horario, de los que 46 han acabado en una sanción económica. Y ha impuesto multas a 20 de los 21 locales a los que investigó por exceso de ruido. Los expedientes abiertos por el Ayuntamiento de Bilbao suman 147 hasta el pasado 13 de octubre.

El debate sobre el cierre de los bares por las noches, el excesivo ruido que se genera tanto dentro como fuera de sus instalaciones y el consumo de alcohol en las calles es recurrente en las tres capitales vascas desde hace ya varios años, incluso después de que el Gobierno vasco promulgase en 1997 un decreto regulando los nuevos horarios de apertura y cierre de los establecimientos hosteleros.

Este decreto recorta los horarios de los locales con la finalidad de rebajar el nivel de ruido y las molestias que ocasionan a los vecinos. La normativa dice que en verano los restaurantes no pueden estar abiertos más tarde de las 2.30, los bares especiales tienen que cerrar a las cuatro de la madrugada y las discotecas, a las seis. En invierno, los horarios de cierre se acortan media hora. El Ejecutivo ha llegado a solicitar a los ayuntamientos mano dura para hacer cumplir esta normativa y sancionar con severidad las infracciones. En la actualidad, cerca de 30.000 personas residen en los cascos viejos de Bilbao, Vitoria y San Sebastián, principales focos de los alborotos nocturnos.

Redadas

El principio de que todos los ciudadanos tienen derecho a descansar no se da en muchos lugares, principalmente en las zonas de copas de las tres capitales. Todo parte de la dificultad de casar el descanso de unos con los deseos de ocio y diversión de los clientes, aseguran los responsables municipales. Los hosteleros sostienen que los problemas provienen de las conductas incívicas que protagonizan algunos ciudadanos en plena calle, frente a las que los dueños de los bares no pueden hacer nada. Las asociaciones de vecinos culpabilizan de los desórdenes a clientes, a hosteleros y a ayuntamientos

Los ayuntamientos aseguran que no han descuidado su obligación de combatir los excesos nocturnos en las zonas de ambiente. También consideran que están estrechando el cerco contra el fenómeno denominado botellón. Patrullas de las policías locales tratan de disuadir la concentración de grupos de jóvenes en plazas y vías públicas para consumir alcohol. En este sentido, la Junta de Andalucía ya ha establecido la prohibición de consumir comidas y bebidas en plena calle, salvo en fiestas y ferias, y da vía libre a los ayuntamientos para que multen a las personas que incumplan esta normativa con sanciones que pueden llegar hasta los 600 euros.

El consistorio de Vitoria está siendo uno de los más combativos contra las alteraciones del orden y la venta de droga. Durante este verano practicó varias redadas en bares donde se consumía o traficaba con hachís. La vigilancia se ha extendido a los centros escolares. La Guardia Urbana de Vitoria patrulla las inmediaciones de los colegios para evitar que la droga llegue a manos de menores y adolescentes. Al comienzo de este curso, la intervención de los agentes se saldó con 37 aprehensiones de sustancias estupefacientes en poder de chavales de entre 15 y 18 años, y la comunicación a sus padres..

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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