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EL FUTURO DE IRAK

Bush afirma que Irak no será abandonado como Vietnam

Sólo el 44% de los estadounidenses cree que la guerra fue una decisión acertada

George W. Bush, estimulado por la pacífica jornada de votación en Irak y por la amplia participación, dijo ayer que EE UU "no abandonará Irak" ni olvidará "sus responsabilidades", y consideró que la Constitución que se sometía a las urnas es "un paso adelante hacia la democracia". Los apuros del presidente, cercado por la investigación que sufre su cerebro político, Karl Rove, y por la pérdida de confianza de la opinión pública, le obligan a aferrarse a la posibilidad de que la situación se enderece en Irak.

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En su mensaje radiofónico de los sábados, dedicado ayer íntegramente a Irak y al referéndum, Bush aludió a la carta atribuida al número dos de la red de Al Qaeda, Ayman al Zauahiri, y dirigida a su hombre en Irak, Abu Musab al Zarqaui, interceptada y hecha pública por EE UU. "Esta carta demuestra que Al Qaeda quiere hacer de Irak un refugio para los terroristas y una base para atacar a otros países", según Bush, que añadió que "los terroristas están guiados por una ideología que utiliza el islam para tratar de establecer un imperio totalitario que niegue las libertades políticas y religiosas".

El presidente recogió la alusión a Vietnam que aparece en la carta: "Los terroristas saben que su única posibilidad de éxito es romper nuestra voluntad y obligarnos a retroceder; Al Qaeda apunta a Vietnam como modelo. Al Zauahiri dice: 'Las consecuencias del desplome del poder americano en Vietnam y cómo [los norteamericanos] se fueron y abandonaron a sus agentes es algo digno de mención'. Al Qaeda cree que se puede obligar de nuevo a América a abandonar. Se equivoca seriamente. América no se irá, no olvidaremos nuestras responsabilidades".

En el complicado panorama del presidente -a su principal asesor, Karl Rove, le pisa los talones el fiscal que investiga la filtración de la identidad de una agente de la CIA; el ala más conservadora del partido está en contra de que la abogada y amiga de Bush Harriet Miers sea juez del Supremo; dos líderes republicanos del Congreso están amenazados por escándalos, y el elevado gasto público soporta las consecuencias de los huracanes-, Irak ocupa un capítulo delicado.

Los casi 2.000 soldados muertos y 15.000 heridos pesan, más por la ausencia de perspectivas de retirada de tropas que por el número en sí, y la confianza de la opinión pública en Bush se ha deteriorado a marchas forzadas en los últimos meses; ahora, según el Pew Center, sólo el 44% cree que la guerra fue una decisión acertada.

El gran activo presidencial que le permitió ganar las elecciones -su imagen de líder fuerte y fiable en cuestiones de seguridad nacional- ha descendido también, y ahora es una opinión compartida por la mitad de los estadounidenses. Su único alivio procede del mal de muchos: los demócratas no son percibidos aún como alternativa y sus líderes en el Congreso reciben un respaldo del 32%, exactamente igual que los republicanos.

Bush, que no se ha distinguido por adecuar su visión de Irak a la realidad, añadió ayer que los dirigentes iraquíes "han logrado unirse para elaborar un documento que protege las libertades y establece las bases de una democracia duradera". El Gobierno confía en que las elecciones de diciembre alumbren un nuevo Gobierno bajo el que, durante el próximo año, las tropas puedan empezar a irse.

Expertos como Larry Diamond, de la Hoover Institution, creen que "el histórico referéndum aprobará la Constitución, pero no será suficiente para resolver las paralizantes divisiones que podrían llevar a la guerra civil".

Una mujer deposita su voto en un colegio electoral de Basora.
Una mujer deposita su voto en un colegio electoral de Basora.REUTERS

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