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Mario Vargas Llosa reafirma el compromiso latinoamericano que asumió hace 50 años

El escritor es investido doctor 'honoris causa' por la Universidad Humboldt de Berlín

El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, que recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Humboldt de Berlín, afirmó en su discurso de aceptación, titulado Dentro y fuera de América Latina, que definir la identidad latinoamericana es "inútil, peligroso e imposible". Confesó Vargas Llosa que descubrió América Latina en los años sesenta en París y que hasta entonces los únicos autores latinoamericanos que había leído eran Jorge Luis Borges y Octavio Paz. Aseguró Vargas Llosa: "Sigo fiel al compromiso con Latinoamérica adquirido en París hace casi medio siglo".

En un brillante discurso de media hora, Vargas Llosa dio rienda suelta a sus opiniones y visiones sobre América Latina sin la menor concesión al tópico o la corrección política. Situó el escritor en los exultantes años sesenta la exaltación de América Latina, como consecuencia de la revolución cubana y la extensión de los movimientos guerrilleros. La nueva literatura latinoamericana coincide con el renacimiento de la utopía socialista y los movimientos revolucionarios. En ese momento, Vargas Llosa se sintió catapultado a leer, ser novelista, "a viajar y vivir las luchas políticas como si fuesen propias". De ahí, en lo que parece un ritmo ciclotímico, el novelista reconoció haber pasado del optimismo al pesimismo y vuelta a empezar, según las caídas del continente "en el totalitarismo, el desorden y la violencia".

La cultura

Para Vargas Llosa, las divisiones territoriales en América Latina son arbitrarias e impuestas, y cree que "el denominador común es mucho más profundo que las diferencias particulares". Criticó como "un factor conspicuo de nuestro subdesarrollo" el fomento del nacionalismo y las guerras a costa del progreso, y destacó que sólo la cultura en América Latina une por encima de lo que separa.

Según Vargas Llosa, la política, y sobre todo la economía, frustran los intentos unificadores. Constató el fracaso del Pacto Andino y el Mercosur. Insistió el escritor en el carácter no unitario de América Latina, que es occidentalizada, católica, protestante, atea y agnóstica, y al mismo tiempo existen millones de indígenas con raíces prehispánicas más los elementos africanos. Añadió Vargas Llosa que México integró culturalmente a los indígenas, y "esto tal vez sea el único logro de la revolución mexicana".

Destacó la paradoja derivada en América Latina de los contrastes y convivencias entre diferentes épocas sociales. A continuación expuso la contradicción existente entre las élites culturales renovadoras y la política anclada en el pasado, autoritaria, de caudillos y camarillas que saqueaban a los países. Existe, según Vargas Llosa, un divorcio monstruoso entre poder político y cultura. Se refirió al "anacronismo autodestructor"; llamó la atención el nuevo doctor honoris causa sobre los gobiernos democráticos que se tambalean, entre otros motivos, por la corrupción, y mencionó también "la dictadura más larga del mundo, la de Fidel Castro, con 46 años en el poder". Añadió que "en Venezuela el populismo resucita con fuerza torrencial". Con ironía se refirió Vargas Llosa a una obra que situaba el paraíso terrenal en la Amazonia y se burló de paso de su "amigo Régis Debray", que calificó las proclamas del subcomandante zapatista Marcos como "la mejor prosa en lengua española".

En un breve coloquio con estudiantes de la Universidad Humboldt le preguntaron por el periodismo. Según Vargas Llosa, el periodismo es una actividad muy creativa y los periodistas pueden ser pésimos o muy buenos. Expuso el escritor el problema insoluble de los dos lenguajes, el literario y el periodístico: "Para el escritor, el lenguaje es un fin en sí mismo. Esto para el periodista es muy difícil porque la concreción es fundamental". Expuso Vargas Llosa un deseo: "Ojalá el periodismo se llene de muchachos y muchachas con formación universitaria, porque muchas veces está hecho por gente muy improvisada". No obstante, el escritor reconoció que sin las fuentes periodísticas "no habría escrito la mitad de mis obras".

Al concluir el acto académico, Mario Vargas Llosa bajó por la escalera central del edificio universitario berlinés, donde se encuentra pegada en la pared en letras doradas la frase: "Los filósofos sólo han interpretado el mundo de formas diferentes. Se trata de transformarlo". Firmado, Karl Marx.

Mario Vargas Llosa recibe, de manos del rector Hans Jürgen Prömel, el título de doctor.
Mario Vargas Llosa recibe, de manos del rector Hans Jürgen Prömel, el título de doctor.PATRICIA SEVILLA CIORDIA
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