Dimite un académico sueco por el Nobel de Literatura de Jelinek
El premio de Literatura 2005 se falla mañana a la una de la tarde
Cuando faltan 48 horas para que la Academia Sueca anuncie al mundo el nombre del Nobel de Literatura correspondiente a este año (mañana, a la una de la tarde, hora española), uno de sus miembros, el profesor de literatura nórdica Knut Ahnlund, anunció ayer su renuncia a la venerable institución. El motivo fue explicado por el académico en un extenso artículo publicado en el diario Svenska Dagbladet, en el que señala como causa la concesión del premio correspondiente al año pasado a la escritora austriaca Elfriede Jelinek.
La elección de Jelinek como Nobel de Literatura 2004, según Knut Ahnlund, "ha arruinado el valor de esta distinción por varios años". El académico afirma que si ahora se otorgara el premio a un escritor que lo mereciera, ello no alcanzaría para reparar el daño causado. Ahnlund hace un análisis despiadado de algunos de los libros de la escritora premiada con afirmaciones tales como que "escribe en una forma detestable, que ella cree irresistible, textos con las características de la seductora pornografía y el género del terror". El haberle otorgado el premio "no sólo ha causado un daño irreparable a las fuerzas progresistas", agrega, "sino que ha confundido a la opinión en general sobre el sentido de la literatura como arte". Por esas y otras razones, Knut Ahnlund anuncia que deja formalmente de pertenecer a la Academia.
El artículo publicado en el diario Svenska Dagbladet, uno de los más importantes del país, cayó como una piedra en el charco del mundillo literario de Estocolmo, que como es habitual en estas fechas está inmerso en las especulaciones sobre el nombre del nuevo premiado. Muchos se preguntan por qué el académico ha esperado un año para manifestar su opinión y por qué ha elegido precisamente esta fecha, a sólo dos días de la concesión del Nobel 2005.
El otro problema que se plantea es que los miembros de la Academia Sueca son elegidos de por vida y sólo pueden ser sustituidos en caso de muerte. Ahnlund fue elegido en 1983, a la muerte de Karl Ragnar Gièrow, que ocupaba la silla número 7. Algunas informaciones afirmaban ayer que Ahnlund no participaba activamente en las labores de la Academia desde hace unos 10 años.
La escritora austriaca Elfriede Jelinek, que sufre fobia social, no viajó a Suecia a recoger el Nobel. En diciembre del año pasado, lo recibió en la Embajada de Suecia en Viena y hasta allí se desplazaron Kjell Espmark, presidente del Comité Nobel, y el secretario permanente de la Academia, Horace Engdahl.
No es la de Ahnlund la única deserción de la Academia en los últimos años, ya que otros tres miembros, Kerstin Ekman, Lars Gyllenten y Werner Aspenström, renunciaron en 1989 como consecuencia de la negativa de la institución a solidarizarse públicamente con Salman Rushdie cuando fue condenado a muerte por el régimen iraní tras la publicación de su libro Versos satánicos.
De todos modos, la nueva renuncia no alterará la rutina de la Academia Sueca, y mañana, jueves, a la una de la tarde (hora española), el secretario permanente de la Academia, Horace Engdahl, anunciará el nombre del galardonado de este año. Algunos de los mencionados tienen desde hace un tiempo su lugar en la lista de espera, como es el caso de Mario Vargas Llosa, Amos Oz, Philip Roth, Joyce Carol Oates o Adonis. Otros, como Orhan Pamuk y Ryszard Kapuscinski, ingresan, al parecer con mucho ímpetu, entre las posibles sorpresas. La lista de France Press está encabezada por Philip Roth y Joyce Carol Oates.
El Nobel de Literatura está dotado con un diploma, una medalla y con 10 millones de coronas (1,1 millones de euros).
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