Un continente en vísperas de cambios
Una docena de países latinoamericanos celebra elecciones hasta el final de 2006
La cumbre iberoamericana que arranca el viernes en Salamanca es la segunda del Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. La primera, que se celebró en San José de Costa Rica a finales de 2004, fue una reunión descafeinada y con ausencias notables, como las de los presidentes de Brasil y Chile. En este nuevo encuentro, la realidad y las perspectivas de América Latina acompañan poco la dedicación que España ha puesto a la cita salmantina. Moncloa tendrá que echar mano de todas sus artes diplomáticas para obtener un resultado concreto.
Una cuestión clave que puede debilitar el resultado de la cumbre es que hay 12 procesos electorales previstos en América Latina entre lo que queda de 2005 y finales de 2006. Ante este panorama es difícil que cualquiera de los Gobiernos pueda llegar a comprometerse a adoptar alguna medida impopular, arriesgada o simplemente de fondo, que con frecuencia son las que la región necesita. El presidente argentino, Néstor Kirchner, por ejemplo, tendrá un pie en España y el otro en Argentina.
Venezuela insistirá en la necesidad de crear una alianza regional opuesta a Washington
Una semana después de la cumbre, el 23 de octubre, se celebran elecciones parlamentarias en Argentina. Son los primeros comicios que se desarrollan con calma tras la crisis del corralito financiero de finales de 2001 y principios de 2002 de las que Kirchner emergió como presidente tras unas generales muy polémicas. Las legislativas son un examen de la gestión del Gobierno kirchnerista y, para el propio presidente, la oportunidad de alzarse como máximo líder entre las facciones peronistas.
De la veintena de jefes de Estado que tienen previsto asistir a la cumbre, tres habrán dejado sus cargos para el 31 de diciembre. El chileno Ricardo Lagos, el hondureño Ricardo Maduro y el boliviano Eduardo Rodríguez serán ex presidentes para Navidad si las elecciones generales de cada uno de esos países se celebran como está previsto. Para más inri, Rodríguez es un presidente provisional, cuyo único objetivo tras ser nombrado en lugar de Carlos Mesa en la revuelta popular de junio pasado, es celebrar elecciones en Bolivia para renovar toda la escena política.
En 2006 otros cuatro se unirán a la lista de ex presidentes y dos pueden llegar a hacerlo. Hay elecciones programadas en Costa Rica, México, Perú, Colombia, Brasil y Nicaragua. El costarricense Abel Pacheco, el mexicano Vicente Fox, el peruano Alejandro Toledo y el nicaragüense Enrique Bolaños no pueden optar a la reelección. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, está pendiente de la decisión del Tribunal Constitucional del país que le permite presentarse a la reelección. Uribe, según las últimas encuestas, ganaría esos comicios.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, sí puede optar a un segundo mandato, pero dado el tremendo escándalo de corrupción por el pago de sobornos en el que se ha visto envuelto el grupo político gobernante, el Partido de los Trabajadores (PT), pocos analistas apuestan en este momento por la victoria de Lula en los comicios previstos para octubre de 2006. Aún queda un año y como en América Latina las sorpresas son la regla y no la excepción, es mejor no dar a ningún rival por vencido hasta que termine el último asalto.
En enero de 2007, además, se cumple el mandato del presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio, quien fue designado presidente por el Congreso a finales de abril cuando, tras destituir a Lucio Gutiérrez, ex militar golpista primero y presidente democrático después. La popularidad de Palacio ha decaído mucho en estos meses y, según analistas del sector financiero, "se teme que Palacio deba adelantar las elecciones".
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el cubano Fidel Castro (si aparece como se prevé), son dos personajes con muchas papeletas para protagonizar la cumbre. Con la presencia de Chávez se pondrán sobre la mesa al menos dos de los temas clave: la integración regional y la relación con EE UU.
Venezuela, con recursos más que suficientes gracias a las ventas de petróleo a precios históricos, lleva tiempo encabezando una campaña para crear un bloque latinoamericano para hacer frente al poder de Washington. Caracas ha puesto en marcha proyectos como las alianzas regionales energéticas, la cadena de televisión suramericana Telesur, y la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un gran bloque comercial opuesto al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) impulsada por EE UU. Chávez también ha dado los primeros pasos para crear un gran banco latinoamericano.
Chávez es cercano a Lula, Kirchner y al presidente uruguayo Tabaré Vázquez, y tiene una estrecha relación con el candidato a la presidencia boliviana, el dirigente indigenista Evo Morales. En cambio, las relaciones entre Venezuela y Colombia no pasan por su mejor momento, sobre todo por las sospechas de Bogotá de que Caracas hace la vista gorda ante la presencia de guerrilleros de las FARC en su territorio. Tampoco hay afinidad con el presidente paraguayo, Nicanor Duarte, que ha estrechado su relación (sobre todo militar) con EE UU. La autorización de Asunción para que medio millar de marines estadounidenses realicen maniobras en Paraguay ha irritado también a Lula y Kirchner.
La gran baza del Gobierno del PSOE para lograr un éxito tangible de la cumbre es el estreno de Enrique Iglesias como secretario general de las Cumbres Iberoamericanas. Iglesias, muy conocido y respetado tras presidir durante 17 años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es capaz de introducir temas importantes en los que no sea tan difícil lograr consenso y donde las decisiones que puedan plasmarse en la declaración final trasciendan la continuidad de los jefes de Estado en sus puestos.
El espinoso tema del sector agrícola
El tema de la apertura comercial de los países ricos será otro de los asuntos que se tratarán en las reuniones bilaterales. De ser posible, fuentes diplomáticas argentinas adelantaron que se puede estudiar la inclusión de una mención a favor de la apertura del comercio internacional con vistas a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a mediados de diciembre en Hong Kong.
Argentina, junto a Brasil, encabeza un grupo de países que presiona para que se eliminen las ayudas de los países ricos al sector agrícola y las barreras a las importaciones de esos productos. El propio Enrique Iglesias, el secretario general de las Cumbres Iberoamericanas, en un reciente artículo publicado en la revista Foreign Policy, sostiene que "el fin de las subvenciones será muy significativo para América Latina, tanto en términos de bienestar como de exportaciones".
Si los dos países suramericanos se empeñan en que este tema figure, como ellos quieren, en el texto final, España tendrá que hacer un delicado ejercicio de equilibrio para no salirse de la política comercial de la Unión Europea.
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