Guerra: "La mejor forma de rechazar los exilios es recordar el nuestro"
El presidente de la Fundación Pablo Iglesias, en el homenaje a Cárdenas
Alfonso Guerra recordó ayer que "la mejor manera de rechazar los exilios es recordar el nuestro" y citó un verso de Luis Cernuda para destacar la iniciativa que le llevó ante un amplio grupo de descendientes de exiliados reunidos en Madrid para rendir homenaje a Lázaro Cárdenas, el presidente mexicano que acogió a los republicanos de la diáspora. Dijo Cernuda, y subrayó el ex vicepresidente: "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros".
Éstos fueron algunos puntos del discurso de Guerra, que preside la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados y la Fundación Pablo Iglesias, responsable de la mayor exposición que se ha hecho en España sobre el exilio de los republicanos españoles.
- La voluntad de Machado. Le dijo Antonio Machado a su amigo Sánchez Barbudo, antes de ir al exilio francés: "Deberíamos quedarnos aquí, que nos maten", para que quedara constancia de la crueldad de los vencedores. Los vencedores trataron de tachar la memoria de los vencidos y tomaron España por su exclusivo patrimonio... Nunca hubo antes un éxodo de estas dimensiones en la historia de este país de exilios...
- El sueño frustrado. Los exiliados vivieron el sueño de regresar a una patria liberada; participaron en la Resistencia contra el fascismo para contribuir a derribar el fascismo. No fue posible. Y la España que recobró la libertad fue incapaz de reconocerles la lealtad y el esfuerzo democrático. Sobre el olvido no es posible construir una convivencia, y la España constitucional aún tiene esa deuda.
- El médico de Azaña. Gómez Pallete, médico de Azaña, le escribió al embajador mexicano Luis Rodríguez, que protegió en Francia a los exiliados por encargo de Cárdenas. Pallete le había prometido al presidente español que, en caso de peligro de caer en las manos enemigas, le administraría una dosis letal. Incapaz de hacerlo, contaba al embajador, se la aplicaba a sí mismo... Rodríguez escribió que un gesto así debiera ser conmemorado en bronce, como un ejemplo de dignidad... Y pasados 28 años de la libertad española, ni bronce ni papel han recogido ese gesto.
- Un ejemplo. La de 1939 es una epopeya singular que compendia la historia del siglo XX. Un combatiente español fue visto, a finales de la Guerra Civil, con un mosquetón, solo, en los Pirineos franceses. Le dijo un campesino: "Ya no te va a servir ese arma". "Quizá no, pero les servirá a ustedes". Y vino la guerra mundial. Los republicanos lucharon en ella pensando en España. Como hicieron el exilio, pensando en España. El exilio es un viaje por la dignidad. España ha hecho poco por recordarlo. Cuando Arthur Miller contempló la exposición que Guerra organizó en el Retiro de Madrid, el ex vicepresidente le preguntó qué le había impresionado más: "Las colas, nunca vi a tanta gente soportando la lluvia para ver documentos de un horror pasado".
- Lázaro. Jordi Soler, autor de Los rojos de ultramar, sobre la experiencia de su abuelo catalán trasterrado en México, comentó sobre Cárdenas: "Dijo que no habría dignidad en el mundo mientras alguien careciera de un lugar donde vivir. Luis Rodríguez fue el embajador de esa idea".
Babelia
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