Los cineastas exigen la regulación de un mercado que no consideran libre

Los cineastas exigieron ayer al Gobierno, en presencia de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, la regulación de un mercado que no consideran libre. Fue el director Fernando Trueba quien puso voz en San Sebastián a esta reiterada reclamación por parte del sector cinematográfico. Se dirigió a la ministra por su nombre para rebatirle una afirmación que había realizado momentos antes Calvo -"nadie se puede saltar el mercado"- y le dijo: "Carmen, no se trata de que nadie se salte el mercado, se trata de regularlo para que sea libre, la función de un Estado es crear códigos de circulación, para que los coches se detengan ante las puertas de los colegios, para que los camiones no atropellen a las bicicletas, para que el pez grande no se coma al chico". Con estos ejemplos, el realizador denunció lo que, a su juicio, es una clara falta de competencia y desigualdad de oportunidades del cine español frente al norteamericano. A su lado, el productor Elías Querejeta rechazó los términos de "protección" o "ayuda" por parte del Estado hacia el sector del cine, para reclamar "un interés mutuo". "El Estado no debe de ayudar al cine español, lo que tiene que hacer es interesarse por el cine español, poner los medios para que exista una fuente de expresión artística válida", aseguró Querejeta. "La libertad de mercado está en entredicho porque cada día tenemos mayores dificultades para exhibir las obras de nuestros creadores en igualdad de condiciones", denunció el distribuidor y exhibidor Enrique González Macho.

Pilar Bardem: "No lloramos, reclamamos lo que es la defensa de nuestra profesión"

Fernando Trueba: "Alíense del lado de los artistas y no de los mercaderes"

Fue durante una mesa redonda que, bajo el título de Cine y democracia, se celebró en el marco del certamen donostiarra y que reunió, bajo la presidencia de Carmen Calvo, a directores como Fernando Trueba, Imanol Uribe, Manuel Gutiérrez Aragón, Gerardo Herrero y Ventura Pons; el productor Elías Querejeta, el distribuidor Enrique González Macho, la actriz Pilar Bardem y el director de TVE, Manuel Pérez Estremera. La larga intervención de la ministra, de 32 minutos, arruinó lo que, en principio, se presentaba como un debate. El moderador del encuentro, Carlos Heredero, había pedido a los participantes brevedad, que las intervenciones no excedieran de los cinco minutos. Todos lo cumplieron excepto Carmen Calvo, que habló en último lugar. La ministra hizo un extenso repaso sobre la situación y la historia del cine durante los últimos 30 años, enumeró lo que considera importantes logros de su departamento -el aumento del Fondo Nacional de la Cinematografía y la regulación de la ley que obliga a las televisiones a invertir el 5% de sus ingresos en proyectos audiovisuales europeos-, defendió las ayudas del Estado, se refirió una y otra vez al clima de diálogo con todos los sectores y aseguró que el compromiso del Gobierno con el cine español es "rotundo".

También Pilar Bardem y Ventura Pons pidieron directamente mayor implicación gubernamental. "Dicen que estamos siempre llorando", dijo la actriz refiriéndose a las reclamaciones del sector. "No lloramos, reclamamos lo que es la defensa de nuestra profesión", aclaró Bardem. No hubo, sin embargo, hueco para la autocrítica y sí muchas demostraciones de amor hacia una profesión creativa que Gutiérrez Aragón definió como "el arte privilegiado", y para la que pidió "la misma responsabilidad que tienen los políticos o los grandes agentes sociales", o Trueba, un decidido apoyo. "Alíense del lado de los artistas y no de los mercaderes", dijo Trueba con voz firme.

Ciñéndose al tema para el que había sido convocado, Cine y democracia, Imanol Uribe contó las dificultades, que ahora mueven a risa, para poder estrenar en 1979 en el Festival de San Sebastián su película El proceso de Burgos -latas con los negativos escondidas en un doble fondo de un coche metido en un aparcamiento una noche para ser luego trasladadas a un armario de la limpieza- y poder así sortear la censura. Gerardo Herrero pidió las condiciones necesarias para que el público vea el cine que quiera y cuando quiera, y Pérez Estremera se refirió a la importancia de las televisiones en el presente y en el futuro de la industria.

Una vez terminado a toda prisa el esperado debate con el público, que apenas alcanzó los diez minutos, Carmen Calvo recorrió los diez metros que separan un salón de otro, en el hotel María Cristina, para ofrecer una rueda de prensa. Y de nuevo, la ministra comenzó con un monólogo de 25 minutos sobre la situación política e industrial del cine.

Carmen Calvo anunció la realización de un encuentro en enero de 2006 para estudiar los cambios normativos y las modificaciones legales que afectan no sólo al Ministerio de Cultura, sino a otros departamentos como Hacienda e Industria, con competencias en el desarrollo de la industria del cine. Este anuncio es respuesta a una de las exigencias aparecidas en el reciente borrador El cine suspende al Gobierno, que fue finalmente desactivado, y del que la ministra aseguró: "El Gobierno sólo funciona con propuestas que vienen firmadas".

Para sorpresa y estupor de algunos productores presentes en el encuentro con la prensa, Calvo aseguró que las televisiones cumplen "formal y legalmente" con la inversión del 5% de sus ingresos en proyectos cinematográficos, aunque reconoció "discrepancias" sobre los contenidos en los que se distribuye esa cifra. Este cumplimiento es otra de las reivindicaciones del citado borrador. "¿Cómo puede decir eso", se preguntaron dos productores, "cuando se sabe que esa norma no se cumple?".