"El control de nuestro destino biológico estará cada vez más en nuestras manos"
El biólogo estadounidense J. Craig Venter dirigió el equipo privado que obtuvo en 2000, en competencia con un equipo internacional público, el primer borrador de la secuencia del genoma humano. En la actualidad está embarcado en conocer en detalle la diversidad biológica de los océanos. Habló recientemente sobre sus proyectos durante el congreso Milken Global Conference en Los Ángeles.
Pregunta. ¿Cuáles son los desafíos en ingeniería genética?
Respuesta.
Estamos en una fase de tal complejidad que no conocemos exactamente lo que puede pasar. El progreso en esta área no es lineal. Hace unos años, cuando hicimos el mapa del genoma humano descubrimos que tenemos unos 20.000 genes en vez de 300.000. Esto quiere decir que nuestra biología es mucho más compleja de lo que creíamos. Los genes y las combinaciones de genes, influidos por el ambiente, dan resultados diferentes en cada persona. Tener la tecnología para conocer la secuencia de los genomas no quiere decir que comprendamos la biología.Yo hice el mapa de mi genoma y todavía estoy intentando comprenderlo.
P. ¿Cuál es el siguiente paso?
R. Tratamos de hacer ingeniería con la biología, como se hizo con la química. Queremos poder construir cromosomas sintéticos de células simples. Lo hemos hecho con virus. Los genomas bacterianos son bastante simples, pero cuando nos introduzcamos en organismos multicelulares -nosotros tenemos unos cien billones de células-, el progreso no será lineal. Si en los próximos 20 años conseguimos comprender la complejidad de nuestro organismo, será uno de los mayores milagros de la ciencia.
P. ¿Cómo afectará esto a los pacientes?
R. La posibilidad más importante es la de la medicina preventiva. Por ejemplo, el cáncer de colon. Conocemos varios genes que están asociados al cáncer de colon. Si cada persona conoce su genoma, puede conocer la probabilidad de llegar a tener cáncer de colon. Si sabe eso, no se espera a que le hagan una colonoscopia a los 50 años. La práctica de la medicina, el control de nuestro destino biológico, estará cada vez más en nuestras manos. Sin embargo, alrededor de un 30% de los cánceres se deben a cambios somáticos en los genes, cambios que suceden después del nacimiento. Es de esperar que dentro de 20 años conozcamos la importancia del ambiente y podamos medir la influencia ambiental, sea la dieta, la exposición al sol, a los rayos X o las toxinas. Y tenemos que cambiar a la sociedad. Estamos dispuestos a pagar por los cuidados médicos cuando ya existe la enfermedad, pero no a pagar por la prevención. Esto es importante, porque en los próximos 20 años el conocimiento de nuestro código genético será insuficiente para hacer ingeniería genética en humanos.
P. La clonación es el tema más polémico. ¿Qué opina de ella?
R. El problema es que la gente no tiene educación científica. Piensa que clonar es hacer una copia idéntica de una oveja, un perro o una persona. Pero lo claro es que hasta los gemelos idénticos tienen huellas dactilares distintas. Al desarrollarnos desde una a cien billones de células se dan tantos cambios fortuitos que cada persona es un experimento distinto. Clonar humanos no tiene ni valor ni sentido. No lo vamos a hacer. Es gastar mucha energía en una dirección equivocada.
P. ¿Cuál es el avance más significativo en genética?
R. Una de las áreas más interesantes, al menos en Estados Unidos, es la financiación de la investigación con células madre en California. Nunca entenderemos cómo nuestro código genético lleva al desarrollo de tantas células para cada uno de nosotros, cada una con su propia función, si no entendemos las células madre. La medicina regenerativa, la que nos permitirá modificar nuestro organismo para que se repare a sí mismo, sólo será posible cuando conozcamos cómo y por qué funcionan las células madre. El área más importante de la ciencia es comprender la fisiología, el camino de nuestros genes a nuestra biología.
P. ¿Por qué está ahora navegando los océanos, recolectando especies?
R. Es parte del esfuerzo de comprensión del ambiente que nos rodea, la otra parte de la genómica. Lo que estamos encontrando es que cada milímetro cúbico de agua de mar tiene millones de bacterias y 10 millones de virus. Deberíamos pensar en eso cada vez que nos tragamos un buche de agua de mar. Hasta esta expedición no sabíamos siquiera que existían esas especies. Sólo conocíamos 5.000 microorganismos, casi en su totalidad los que creemos que están asociados a enfermedades. En sólo un año hemos doblado el número de genes en la base de datos pública. Encontramos 50.000 nuevas especies en sólo un barril de agua de mar y hemos hallado que la mayor parte de la biología en la superficie de los océanos está impulsada por la luz del sol en forma de fotorreceptores. Anteriormente conocíamos sólo uno y ahora tenemos miles. Son probablemente la familia de genes de mayor presencia en el planeta.
P. ¿Cuál es el objetivo?
R. Es muy simple. No tiene sentido intentar curar el cáncer si no hacemos algo sobre la destrucción del ambiente, porque no sobreviviremos como especie para hacerlo. Cada vez es más difícil viajar por el océano sin encontrar todo lleno de basura. Tendemos a tratar el ambiente como si fuera infinito. Cada 350 kilómetros encontramos que la diversidad biológica es única en un 85%. Imaginemos, con esta diversidad tan grande, que, lo mismo que células en nuestro cuerpo, también hay cien billones de organismos diferentes en el ambiente en el que vivimos, con los que interaccionamos y que afectan a nuestra química personal. Cuando entendamos estos organismos, entenderemos mejor, para bien y para mal, la relación humana con el ambiente. ¿Qué podemos aprender de los procesadores fotosintéticos que estamos descubriendo para utilizarlos en la producción de hidrógeno directamente del sol? Conocer este mecanismo biológico puede cambiar nuestra peligrosa dependencia de los combustibles fósiles. La comprensión de las especies oceánicas es crucial.
Global Viewpoint 2005.
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