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Cataluña ensayará el tratamiento con marihuana en pacientes de cáncer y sida

600 enfermos graves recibirán un aerosol aplicado bajo la lengua a partir de otoño

Seiscientos pacientes se someterán en Cataluña, a partir del otoño, a un tratamiento con extracto de marihuana para comprobar el poder de esta planta para mitigar los síntomas de determinadas patologías. El protocolo de este estudio pionero lo tiene listo la Generalitat catalana y sólo pendiente de la firma del Ministerio de Sanidad. Los pacientes, afectados de cáncer, patologías neurológicas y sida, serán seleccionados en los seis hospitales catalanes que participan en el plan y que dispensarán el fármaco, un spray sublingual que contiene todos los principios activos del cannabis.

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El 'cannabis' se importará legalmente de Canadá

El uso terapéutico del cannabis sólo está autorizado en Holanda, donde lo utilizan unos 8.000 pacientes aquejados de distintas patologías. Estos enfermos pueden adquirir en las oficinas de farmacia frascos que contienen 5 gramos de marihuana secada y triturada.

En el estudio que pondrá en marcha el departamento de Salud de la Generalitat, que se prolongará durante un año, no se utilizará la planta de marihuana, sino un extracto que contiene sus más de 400 principios activos y que se ha autorizado recientemente en Canadá -desde donde se importará a España- como fármaco en forma de aerosol para aliviar el dolor neuropático en enfermos de esclerosis múltiple. Un total de 65 pacientes con esta enfermedad seguirán en Cataluña este mismo tratamiento para la misma indicación (el dolor neuropático), y otros 65, también con esclerosis múltiple, probarán su utilidad para reducir la sensación de rigidez y el dolor que provoca la espasticidad (contractura muscular permanente) característica de estos enfermos.

Abrir el apetito

El aerosol, comercializado bajo la marca Sativex, se suministrará también durante un año a 130 pacientes con otras neuropatías distintas a la esclerosis múltiple y a 40 afectados de sida a los que la enfermedad ha ocasionado un adelgazamiento agudo. En este último grupo se analizará si el cannabis, como apuntan varios estudios, aumenta el apetito sin incrementar la carga viral.

Un último grupo de 300 enfermos de cáncer comprobarán asimismo si este fármaco a base de extracto de cannabis ayuda a contrarrestar los efectos negativos de la quimioterapia (vómitos y náuseas, principalmente). Sin embargo, el estudio en este tipo de enfermos arrancará con sólo 60 personas en el marco de un ensayo clínico -coordinado por el Instituto Catalán de Farmacología- para comprobar, durante seis meses, la efectividad de este aerosol contra los vómitos y las náuseas, y determinar las dosis correctas del tratamiento. Transcurrido medio año, y si los resultados del ensayo lo recomiendan, se sumarán al tratamiento otros 240 pacientes oncológicos sometidos quimioterapia, hasta llegar a los 300, a los que se seguirá durante seis meses.

El director del Instituto Catalán de Farmacología, Joan Ramon Laporte, explicó ayer que este vaporizador no ha sido probado en enfermos de cáncer y destacó, en este sentido, la importancia del estudio catalán.

Según el protocolo que han consensuado el departamento de Salud y el Ministerio de Sanidad, los primeros resultados se darán a conocer a los seis meses del inicio del estudio (entre mayo y junio de 2006). Medio año después se realizará una nueva evaluación y, según los resultados, "se hará una propuesta para extender el tratamiento a más pacientes", explicó ayer el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, Rafael Manzanera.

Manzanera explicó que los 600 pacientes que participarán en el proyecto -sólo serán candidatos aquellos en los que hayan fracasado los tratamientos convencionales- serán seleccionados por médicos de los seis hospitales de Barcelona y su área que colaboran en la experiencia (Vall d'Hebron, Clínic, Sant Pau, Hospital del Mar, Bellvitge y Germans Trias i Pujol). En los servicios de farmacia hospitalaria de estos seis centros se dispensará el Sativex.

Los pacientes se aplicarán diariamente las dosis del pulverizador que prescriba su médico, pero deberán acudir periódicamente a una de las 60 oficinas de farmacia de Barcelona que participan en el plan piloto. Los responsables de estas farmacias, que han seguido un programa de formación, harán el seguimiento de los pacientes que tengan asignados y propondrán cambiar la dosis si advierten efectos adversos, explicó el portavoz del programa de drogodependencias del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Rafael Borràs.

Una de las 60 farmacias de Barcelona que controlarán las dosis a los participantes en el plan.
Una de las 60 farmacias de Barcelona que controlarán las dosis a los participantes en el plan.JORDI BARRERAS

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