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Reportaje:LA AMENAZA DE UN VIRUS VIAJERO

Un paraíso enfermo

Un parque natural de China alberga a miles de gansos infectados que volarán a Siberia, India, Australia y Nueva Zelanda

En la provincia de Qinghai, al oeste de China, existe un lago salado conocido como el Mar Azul. Con una circunferencia de 360 kilómetros, descansa entre montañas, a una altitud de 3.200 metros. A su alrededor, praderas en las que pacen yaks, caballos y ovejas. En sus orillas viven poblaciones nómadas. En este paraíso, santuario de aves migratorias, fue descubierto hace dos meses un ganso salvaje infectado con gripe aviar (conocida como gripe del pollo). Ya han muerto 1.000 ejemplares.

Allí llegan aves todas las primaveras desde el sureste asiático, Siberia, Australia o Nueva Zelanda. La mayor parte se concentra en Niao Dao (la Isla de los pájaros). Viven gansos salvajes, cormoranes, andarríos, gaviotas y grullas de cuello negro, entre otros. Probablemente el más interesante sea el ganso de cabeza con bandas. Capaz de volar a 10.000 metros, llega en abril, y emigra a partir de septiembre sobrevolando el Himalaya para pasar el invierno en Myanmar e India.

Este lago ha recibido este año unos visitantes de excepción: un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), desplazado para investigar el brote de gripe aviar detectado en la zona hace dos meses. Desde que fue identificado el virus H5N1 en un ganso de cabeza con bandas, han muerto más de 1.000 aves en la reserva, y unas 6.000 en la región. La mayoría de ellas son ejemplares del elegante ánsar, pero la enfermedad también ha afectado a otros pájaros como la gaviota de cabeza marrón o el gavión cabecinegro.

Aunque no se han registrado infecciones humanas, el brote ha hecho sonar las alarmas dentro y fuera de China, ante la posibilidad de que el patógeno letal cruce las fronteras por los cielos de Asia y se convierta en un virus global, contagiando a aves salvajes y domésticas en otros países. Máxime, cuando los científicos chinos aseguran que la cepa de H5N1 identificada parece ser más peligrosa que la registrada en ocasiones anteriores.

Los investigadores afirman que durante ensayos de laboratorio el virus mató a gallinas en 20 horas y a ratones en tres días. "Su mortalidad excede con mucho la de cepas encontradas previamente en aves acuáticas", ha dicho Gao Fu, director del instituto de microbiología de la Academia de Ciencias China, en la prensa local. Las aves que anidan en Qinghai comienzan a dejar la zona en julio. Algunas emplean entre dos y tres meses. Hasta ahora, no se había visto que el virus -devastador para los pollos, aunque también afecta a los patos- se transmitiera entre aves salvajes.

La OMS y la FAO aseguran que Pekín está gestionando razonablemente bien la crisis, pero se han quejado de la falta de transparencia, en especial en lo que respecta a las sospechas de que algunos campesinos utilizan desde hace años antivirales de uso humano (amantadina) para combatir la gripe aviar en las granjas, con el beneplácito de las autoridades. El Gobierno chino ha negado este extremo, y ha dado orden de que se investigue y se ponga fin a esta práctica. El uso de antivirales en los animales incrementa la resistencia del patógeno al fármaco, y lo convierte probablemente en ineficaz para luchar contra la gripe aviar en humanos.

El último brote de gripe aviar, que comenzó a finales de 2003, infectó a 108 personas, de las cuales murieron 54.

Técnicos sanitarios chinos desinfectan un camión cerca de la provincia de Quinghai.
Técnicos sanitarios chinos desinfectan un camión cerca de la provincia de Quinghai.AP

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