Berlusconi exige a EE UU pleno respeto a la soberanía italiana
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se reunió ayer con el embajador de Estados Unidos, Mel Sembler, para pedirle explicaciones por el secuestro del imán de Milán Abu Omar, en 2003, por agentes de la CIA, pero sólo obtuvo la promesa de que Estados Unidos nunca había dejado de respetar la soberanía italiana.
Según una nota conjunta, Berlusconi planteó "la indispensable exigencia del pleno respeto a la soberanía italiana por parte de Estados Unidos. El embajador americano, en nombre de su Gobierno, ratificó que este respeto es total y pleno y que así será en el futuro". La nota también aseguraba que "sobre la base del recíproco respeto se funda la profunda, estrecha y larga alianza entre Estados Unidos e Italia". Ayer también fue el día en que el Senado de Washington confirmó al nuevo embajador estadounidense en Italia: Ronald Spogli.
Mientras el Gobierno italiano continúa declarando su total desconocimiento de la operación, llevada a cabo por 13 miembros de la CIA, los periódicos The Washington Post y The New York Times sostienen que las autoridades estaban al corriente del secuestro y que estaban preparadas para desmentir cualquier relación con el caso si todo saliera a la luz, como así ha sido.
El imán Hasan Mustafá Osama Nasr, alias Abu Omar, sospechoso de mantener vínculos con el terrorismo islámico, fue secuestrado y trasladado a El Cairo, donde fue interrogado y torturado.
Por otra parte, ayer se hizo pública una investigación realizada en Génova que ha puesto fin a una estructura acusada de hacerse pasar por una agencia antiterrorista. El Departamento de Estudios Estratégicos Antiterrorista (DSSA), como así se llamaba, tenía como fin acreditarse ante los organismos internacionales, como los servicios secretos extranjeros, para obtener financiación.
Un total de 21 personas están siendo interrogadas y los cabecillas de la organización están bajo arresto domiciliario. Algunos pertenecen a las fuerzas de seguridad italianas. La DSSA nació tras los atentados de Madrid con la finalidad de monitorizar y acabar con el terrorismo.
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