Málaga celebra al poeta Altolaguirre
El centenario del nacimiento del escritor y editor se cumple hoy
Como un hombre orquesta de las letras, Manuel Altolaguirre (Málaga, 1905-Burgos, 1959), miembro de la Generación del 27, alternó sus pasiones, la poesía, el teatro y el cine, sin abandonar nunca, ni durante la guerra ni en el exilio, su inmensa tarea como editor e impresor. Para celebrar el centenario de su nacimiento, que se cumple hoy, una exposición reúne en su ciudad natal todos los poemarios de Altolaguirre, muchos de los libros que editó, algunos de ellos inéditos, así como gran parte de su archivo personal.
La muestra Viaje a las Islas Invitadas.
Manuel Altolaguirre (1905-1959) se inauguró ayer en el Palacio Episcopal de Málaga con la presencia, entre otros, de la hija del poeta, Paloma Altolaguirre, y la ministra de Cultura, Carmen Calvo. La exposición trata de rescatar a uno de los poetas más desconocidos de la Generación del 27. Altolaguirre fue tratado con condescendencia por muchos de sus coetáneos, según describe en el catálogo el comisario de la exposición, James Valender. Pese a ello, compañeros como Cernuda le defendieron como "un poeta admirable", que relegó su propia creación en favor de su ingente labor como editor e impresor de las obras de sus amigos, como Lorca, Aleixandre, Neruda o Salinas, ayudado por su primera esposa, Concha Méndez.
Viaje a las Islas Invitadas. Manuel Altolaguirre (1905-1959) es un recorrido por la poesía de Altolaguirre -el título alude a su primer poemario, Las Islas Invitadas y otros poemas (1926)-, pero también es mucho más. En nueve apartados, comprende manuscritos, documentos, libros y revistas (como Litoral), desde su niñez hasta los homenajes tras su muerte en un accidente que segó su vida a los 54 años, pasando por sus etapas en París, Madrid, Londres, los años de la Guerra Civil y el exilio. Los fondos escritos se complementan con fotografías y cuadros de artistas como Picasso, Moreno Villa o Dalí.
En la exposición se destaca su primera etapa de exilio, en Cuba, donde desembarcó en 1939 con su esposa y su hija Paloma, que entonces tenía cuatro años, y que ayer se mostró emocionada por el homenaje. Allí, Altolaguirre frecuentó a un grupo de jóvenes pintores que formarían la vanguardia cubana, como Mario Carreño, Emilia Peláez, Felipe Orlando, Cundo Bermúdez o René Portocarrero, cuyas obras han salido por primera vez de la isla con motivo de esta exposición.
En los cuatro años que permaneció en Cuba, en una situación económica precaria, editó bajo el sello La Verónica unos 150 títulos, de autores españoles y cubanos, en un formato diminuto debido a la escasez de papel.
Otra parte destacada de la muestra es la dedicada a su faceta de cineasta, en sus últimos años de vida. Desde México, produjo varias películas, entre las que destaca su colaboración con Buñuel también como guionista en Subida al cielo (1952). El 1959 volvió a España para presentar en el Festival de San Sebastián su película El cantar de los cantares. De viaje a Madrid, sufre el fatal accidente automovilístico junto a su segunda mujer, María Luisa Gómez Mena.
Las piezas expuestas proceden en su mayoría del archivo del poeta que se conserva en la Residencia de Estudiantes de Madrid, así como de préstamos de la familia y de fundaciones, como el Centro Cultural de la Generación del 27.
La exposición, abierta hasta el 28 de agosto, está organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), la Junta de Andalucía, la Diputación de Málaga y la Residencia de Estudiantes, adonde viajará en septiembre.
Babelia
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