El chileno que 'juzgó' a Pinochet

El ex juez Juan Guzmán Tapia, de 65 años, el hombre que procesó en dos ocasiones al dictador Augusto Pinochet, presentó ayer su libro de memorias En el borde del mundo (Anagrama), acompañado por el juez Baltasar Garzón, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y el adjunto a la dirección de El PAÍS Ernesto Ekaizer.

"El borde del mundo es Chile", comentó Juan Guzmán, "esa nación al final del mundo con la forma de un sable. Y este libro es la vida de un magistrado al borde del mundo, muchas veces caminando por la cuerda floja. Más que aspectos jurídicos, he tratado el encuentro de un hombre corriente ante la terrible maldad, injusticia, violación sistemática de los derechos humanos, tortura y muerte de miles de personas".

"Es la vida de un magistrado al borde del mundo caminando por la cuerda floja"

En el libro, el juez describe su infancia, rodeado de escritores amigos de sus padres de la talla de Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges, Rafael Alberti, Pablo Neruda o Gabriela Mistral; después, la vida de cualquier hombre, un simple magistrado que disfruta viendo crecer a sus hijas, trabajando y jugando al tenis en sus ratos libres. Y entonces llegó el "despertar en lo más profundo de la noche".

"Hay una sola cosa que el juez Guzmán no nos dice en su libro", dijo Ernesto Ekaizer, "y es que el caso Pinochet enterró la carrera del juez Guzmán. Su inevitable ascenso en la corte judicial de Santiago quedó truncado".

Ekaizer destacó cómo "un juez católico y conservador" tuvo las agallas de admitir a trámite una querella contra Augusto Pinochet en el Chile de enero de 1998. López Aguilar se confesó impresionado por la forma en que Guzmán reconoce en su libro cómo sintió cierta "complacencia" en los primeros momentos de la dictadura. "Y después", continuó el ministro, "hubo una toma de conciencia ante la evidencia de que la dictadura arrasaba con derechos fundamentales y con la vida de mucha gente".

Garzón, por su parte, reconoció su admiración por la autocrítica y crítica que Guzmán hace del régimen judicial chileno. "Y también la reflexión que hace dentro del difícil mundo de la relación entre la justicia con los medios de comunicación. Eran unos medios controlados por la dictadura", añadió.

Garzón destacó que hasta el año 2000 no conoció personalmente al juez Guzmán. "Nunca estuvimos coordinados. Pero al final, ese trabajo ha servido de algo: la orden de bloqueos de fondos, dictada en diciembre de 1998 por la justicia española, motivó la investigación en Estados Unidos y ha sido tenida en cuenta por el juez que lleva el caso en Chile".

El ex juez Guzmán terminó su presentación recordando que en su libro hacía mención a los 503 días que permaneció Pinochet, desde el 16 de octubre de 1998, bajo la orden de arresto de Baltasar Garzón.

"A partir de entonces, la dictadura ya no era asunto de los chilenos, interesaba al mundo entero. La valentía, la imaginación, el impulso jurisdiccional, la globalización que creó la detención de Pinochet hizo que en Chile pudiera juzgársele. Ése es el gran mérito que no menciona Baltasar y yo creo que es de justicia mencionarlo".