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El líder socialista búlgaro ofrece a Simeón un Gobierno de unidad para entrar en la UE

Incertidumbre sobre el futuro político del antiguo rey y ex primer ministro tras su derrota electoral

Guillermo Altares

Tras su victoria electoral, los socialistas búlgaros comenzaron ayer las gestiones para tratar de formar un Gobierno de unidad nacional con el primer ministro saliente, el ex rey Simeón, sin el que será imposible sacar adelante a tiempo las reformas necesarias para la entrada del país en la UE en 2007. Con un Parlamento que cuenta con siete formaciones, las negociaciones entre los hasta ahora adversarios no van a ser fáciles. Mientras, tras haber perdido la mayoría, el futuro del ex monarca se convirtió en el mayor misterio del país.

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"¿Qué a va a hacer Simeón? Es la pregunta del millón de euros", señala un observador europeo. "Será primer ministro o no será nada", asegura por su parte el sociólogo Alexander Stoyanov, director del Centro de Estudios para la Democracia. Sin embargo, con un 19,91% (entre 52 y 53 escaños) frente al 31,17% (80-83 escaños) de los socialistas, es muy difícil que llegue a formar gobierno uniendo a todas las fuerzas de la derecha. El ex rey es candidato a primer ministro, pero no tiene ninguna intención de ser diputado.

Por lo pronto, preguntado sobre la posibilidad de regresar a España el sábado por la noche, Simeón Sajonia-Coburgo fue rotundo: "Hace cierto tiempo alguien me preguntó si pensaba volver a Madrid y creía que estaba bromeando. Cuando me di cuenta de que iba en serio le expliqué que, después de haber sido privado del derecho a vivir en mi propio país durante tanto tiempo, no me parecía lógico abandonarlo voluntariamente".

Destronado y obligado a exiliarse por los comunistas en 1946, Simeón II, que se convirtió en zar a los seis años tras la muerte de su padre, Boris III, regresó a Bulgaria por primera vez en mayo de 1996. En 2001, en sólo dos meses fundó una formación política a su medida, el Movimiento Nacional Simeón II (MNSII), y con la promesa de mejorar el nivel de vida de los búlgaros en 800 días, rozó la mayoría absoluta (120 escaños de los 240 con que cuenta la Asamblea Nacional). Sus cuatro años de Gobierno han sido un éxito en el terreno económico, pero ha recibido un duro voto de castigo ante los endémicos problemas sociales que sufre el país. Su estilo silencioso de gobernar -apenas hace intervenciones, no concede entrevistas, no habla en público, ni siquiera durante la campaña electoral- también le ha pasado factura.

"Ha evitado las confrontaciones y se ha movido en la ambigüedad, pero al final no ha funcionado porque desde la derecha le han visto como demasiado a la izquierda y desde la izquierda como demasiado a la derecha", explica el analista político Iván Krastev. La posibilidad que más se baraja es que el MNSII acabe por entrar en el Gobierno con el dirigente socialista Sergei Stanishev como primer ministro. Simeón II se quedaría en la sombra y se presentaría a la presidencia dentro de dos años -un cargo sin atribuciones ejecutivas pero con un importante papel simbólico-, aunque no lo tendría fácil: el jefe del Estado, el socialista Georgi Parvanov, es el político más popular del país.

La política es larga pero el tiempo es corto: el Gobierno está obligado a impulsar una serie de complicadas reformas legislativas, que incluyen un nuevo código penal, que deben ser aprobadas en otoño, cuando está previsto que la Comisión Europea se pronuncie sobre los progresos realizados por Bulgaria y Rumania. Si la evaluación es negativa, es muy posible que el ingreso se retrase un año. El sociólogo Stoyanov señala: "La coalición es posible; pero es una situación muy complicada. Todos van a tener que hacer concesiones y en muy poco tiempo".

Aunque los resultados definitivos con la atribución final de escaños no se conocerán hasta el jueves -ayer se difundieron datos con el 98% escrutado-, la aritmética impide al Partido Socialista Búlgaro (BSP) formar gobierno sólo con el Movimiento de los Derechos y las Libertades (MDL) de la minoría turca, que ya ha dado el sí. Por lo pronto, el ex rey no quiso cerrar el sábado por la noche ninguna puerta. Incluso dio marcha atrás en su promesa electoral de que sólo entraría en una coalición en la que él fuese el candidato primer ministro. "Vuelvo a subrayar que nuestra prioridad es el ingreso de Bulgaria en la Unión Europea en 2007", afirmó.

"La unidad nacional debe prevalecer para resolver los problemas del país, que debe dar una imagen de estabilidad ante la Unión Europea. Por eso necesitamos una mayoría parlamentaria fuerte", señaló ayer en la radio pública Rumen Petkov, número tres del BSP, quien indicó que ya habían comenzado las negociaciones con el resto de las fuerzas políticas. "Una coalición de Gobierno sin el MNSII no digo que sea imposible, aunque desde luego sí sería muy difícil", afirmó por su parte el actual viceprimer ministro, Nikola Vassilev.

El primer ministro saliente, Simeón Sajonia-Coburgo, en Sofía.
El primer ministro saliente, Simeón Sajonia-Coburgo, en Sofía.REUTERS

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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