Un galeón del XVI en el XXI

Un día ya muy lejano, allá por el siglo XVI, el galeón vasco San Juan y la media docena de chalupas que le acompañaban zarparon hacia Canadá a la caza de ballenas. La nao se hundió en 1565 bajo las aguas del pequeño pueblo de Red Bay, en la península del Labrador, donde por entonces había muchos asentamientos balleneros vascos. Casi 450 años después, lejos de caer en el olvido, la nave y sus embarcaciones de apoyo van camino de revivir en Pasaia.

Allí se encuentra el centro de investigación y construcción de embarcaciones tradicionales Ontziola, impulsado hace cinco años por la agencia de desarrollo comarcal Oarsoaldea, que da estos días los últimos retoques a la réplica de una de las chalupas que viajaba con el galeón para botarla el próximo día 21. Es la primera etapa de una aventura que tiene por objetivo construir copias del resto de las ch alupas y de la propia nao San Juan. El original de la nave es "de especial relevancia para la comunidad científica internacional", porque "es la mejor embarcación preservada del siglo XVI que existe", subraya el responsable de Ontziola y presidente de la Asociación de Patrimonio Marítimo Albaola, Xabier Agote.

El astillero pasaitarra botará el día 21 la copia de una chalupa que iba con la nao

El conjunto naval de origen vasco es objeto de investigación desde hace tres décadas. El primer paso lo dio la historiadora Shelma Huxley, quien halló en los archivos de Oñati un documento donde constaba la ubicación de la embarcación hundida. Huxley se puso en contacto con el arqueólogo submarino canadiense Robert Grenier, quien junto a su equipo de buceadores encontró la embarcación, explica Agote.

El Gobierno canadiense decidió invertir "ilimitadamente" en este proyecto científico, que continuó sacando el galeón del mar. "Los buceadores invirtieron 14.000 horas en despiezar el barco bajo el agua y sacar todas las piezas a tierra para su posterior análisis", destaca el responsable de Ontziola. Gracias a este sistema, al extraer las últimas piezas se encontró la chalupa cuya réplica se halla a punto de finalizar. "Estaba entre el galeón y el fondo, muy bien conservada. Ahora está expuesta en el museo de Red Bay dedicado a los balleneros vascos", dice.

El caso es que el centro Ontziola, gracias al acuerdo rubricado previamente entre el Ejecutivo canadiense y la Diputación de Guipúzcoa, se hizo en 2004 con los planos de la chalupa, que han permitido a Agote y a su equipo modelar una hermana gemela bautizada Red bay: ocho metros de largo y dos de ancho que han sido un estupendo entrenamiento para abordar dentro de unos meses la réplica del galeón San Juan y del resto de las chalupas.

El responsable de Ontziola calcula que arrancarán en noviembre. Antes tendrán que recibir de los canadienses los planos de la nao original y lograr la financiación de las instituciones vascas. "Usaremos herramientas manuales, intentaremos hacer los cordajes, utilizaremos pinturas de brea...", señala Agote. Todo lo necesario para dar forma al galeón de la forma más artesanal posible. Podrían tardar cinco años.