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Reportaje:

Agua del mar Rojo para revivir el mar Muerto

El Banco Mundial financia el estudio para un canal de 200 kilómetros al lago salado

Ángeles Espinosa

La carencia de agua es tal en Oriente Próximo que hasta el mar empieza a estar escaso de ella. El nivel del mar Muerto desciende un metro al año debido al cada vez menor caudal del río Jordán. A ese ritmo, el lago más salado del mundo podría desaparecer en medio siglo, según los expertos. El Banco Mundial acaba de asignar 15 millones de dólares al estudio de un proyecto para bombear agua desde el mar Rojo. Los especialistas se muestran cautos.

El plan, un viejo proyecto presentado hace dos años ante el Foro Económico Mundial (WEF) reunido en Jordania, prevé la construcción de un canal de 200 kilómetros desde la ciudad jordana de Aqaba, a orillas del mar Rojo, hasta el borde sur del mar Muerto. De ser viable, constituiría el primer paso para mitigar las consecuencias medioambientales de su decreciente cota de agua, y proporcionaría a la vez agua desalinizada para el consumo.

A pesar de carecer de vida, ese lago salado, el punto más bajo de la tierra a 400 metros por debajo del nivel del mar, constituye un recurso natural único para los tres países que se reparten sus costas: Jordania, Israel y Palestina. A la tradicional extracción de sales minerales, se ha unido en los últimos años una creciente industria de productos terapéuticos y de belleza. Sin embargo, las circunstancias políticas de la zona han impedido hasta ahora una cooperación seria para preservarlo.

"El canal es una respuesta creativa que está ayudando a crear confianza entre los tres países", aseguró Hazim el Naser, ex ministro de Agua e Irrigación de Jordania, el pasado fin de semana durante una nueva reunión del WEF en la que el Banco Mundial anunció la financiación del estudio. Aunque los representantes de los tres países que participaron en la reunión mostraron gran entusiasmo hacia el proyecto, expertos en medio ambiente han expresado su preocupación sobre la viabilidad de una iniciativa tan costosa.

En opinión de algunas organizaciones, el canal destruiría el mar Muerto ya que tiene una composición química diferente del mar Rojo. "Resultará difícil de justificar ya que recuperar su nivel natural puede llevar entre 20 y 30 años", ha advertido Dave Phillips, un consultor en temas hidráulicos que trabaja para la Autoridad Palestina. "Si es viable desde el punto de vista económico, técnico y medioambiental, adelante; si no, miremos en otro lado", concluyó El Naser. El canal, que se construiría a lo largo del Wadi Araba, paralelo a la frontera jordano-israelí, aprovecharía el desnivel de 400 metros para generar energía para desalinizar la mitad del agua y duplicar la densidad salina de la otra mitad, la que iría destinada a elevar el nivel del mar Muerto. Según los cálculos preliminares, la producción de agua potable podría alcanzar los 850 millones de metros cúbicos, que se repartirían entre Jordania, Israel y Palestina. La región tiene un déficit de 30.000 millones de metros cúbicos de agua, apuntó Avishay Braverman, rector de la Universidad Ben Gurion del Negev (Israel).

El director del Banco Mundial para la región, Inger Anderson, anunció que en julio está convocada una reunión de donantes y pidió la contribución de quienes quieran participar en el proyecto. Mientras tanto, los tres países implicados deben formar un comité de expertos, en el que también habrá representación del Banco Mundial, para encargarse de revisar los términos para la realización del proyecto.

Bañistas israelíes flotan en las aguas del mar Muerto.
Bañistas israelíes flotan en las aguas del mar Muerto.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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