Peregil busca el rastro de los niños de la guerra en México
Les apilaron en barcos, en trenes. Muchos no sabían hacia dónde, otros partían con la certeza de que podrían perderlo todo y crecer de golpe por dentro en el mismo momento en que embarcaran, pero con la esperanza de que al salir del infierno de la Guerra Civil española esquivarían el hambre y probablemente la muerte. Algunos acabaron en Rusia, otros fueron hacia México. Son éstos a quienes ha encontrado Francisco Peregil para relatar su peripecia en Manuela (Espasa), su tercera novela.
El escritor andaluz, redactor de la sección de internacional de EL PAÍS, ha viajado durante cinco años por los circuitos de la memoria para contar la historia de 450 niños que fueron a parar a Morelia. "Es una ciudad muy andaluza y muy religiosa. Fue todo un choque para ellos, porque llegaban cantando el Himno de Riego y rompiendo los cristales de las iglesias", decía ayer el autor en la presentación del libro, en la que estuvo acompañado por Juan José Millás. Éste alabó la nueva obra de Peregil, a quien confesó haber seguido desde su primera novela, Dulce como la hiel de tus labios, y después en Era tan bella. "En los títulos se puede ver la evolución de Paco, que ha pasado de uno muy retórico, a éste, mucho más sencillo, en el que podemos ver cómo también ha depurado su estilo y encontrado una voz propia y singular", aseguró.
Caminos equivocados
Según Millás existen miles de caminos equivocados para acometer una obra narrativa y hay muy pocos válidos. "Peregil ha escogido los buenos", aseguró. "Ha empezado por la periferia y ha contado una historia de fronteras. Para ir al centro de cada cosa hay que llegar por los bordes", dijo. Por las aristas, por esos detalles que esconden las grandes respuestas es por donde ha transitado Peregil en esta historia de memoria, supervivencia y decepciones, con el México de Cárdenas como uno de los telones de fondo de una estructura compleja. "Hay muchos saltos en el tiempo, varios personajes que al final debo hacer encajar", dijo el escritor.
Uno es central, la anciana enferma de Alzheimer -"todo un símbolo en un país que lo ha padecido durante muchos años", aseguraba Millás- que sale en busca de su primer novio, al que no ve desde hace 50 años: "Para mí, está claro que esa historia merecía una novela", aseguraba ayer Peregil, que, curiosamente, no recuerda cuando se topó de narices con los protagonistas de esta historia en la que todavía quedan supervivientes: "No lo sé, pero tampoco me importa, ya que no he querido utilizar ni los libros ni los testimonios directos de muchos de ellos, pero todos me han servido para hacer el andamiaje".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.