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DECORACIÓN

Renovar el suelo

Se imponen los materiales resistentes, fáciles de mantener y con múltiples posibilidades ambientales. En la elección final priman las condiciones climatológicas, el estilo de la vivienda y la continuidad visual.

La elección de un nuevo suelo requiere el estudio de una serie de factores, como el estilo, la luz, el tipo y la zona de uso… Analizamos algunos de estos condicionantes para facilitar su decisión final.

Condiciones ambientales

01 Clima. Según el clima donde se encuentre la vivienda, la elección de uno u otro material influye directamente en la sensación de confortabilidad. Mármoles, piedras, materiales cerámicos y los de composición cementosa son los materiales más fríos. En climas de inviernos largos es más apropiado rodearse de materiales tibios, como la madera o las tarimas laminadas. En el exterior, los cambios atmosféricos, las heladas o una radiación solar intensa limitan la elección a materiales que trabajen bien ante los cambios de temperatura. Se requiere que sean antideslizantes y resistentes a la suciedad.

02 Luminosidad. La cantidad de luz natural que recibe una vivienda en su interior es fundamental en la elección del pavimento. Si es oscura, es mejor decantarse por superficies claras, lisas y monocromas. Si, por el contrario, está expuesta a una gran radiación, es conveniente elegir un revestimiento opaco y apagado. Si el clima es caluroso, se debe tener en cuenta que el calor que se desprende de la radiación solar se acumulará con mayor facilidad en los materiales oscuros que en los claros.

03 Forma y dimensiones. La forma y el tamaño de las habitaciones limitan la elección en dos aspectos: el color del material y el tamaño y disposición de las piezas. Si se trata de un espacio reducido, no conviene acrecentar esta sensación con un color oscuro. El ambiente en estos casos pide materiales claros, sin dibujos ni texturas y con un módulo proporcional a sus dimensiones. Si es estrecho, con una tarima de madera, por ejemplo, podremos colocar las lamas en el sentido más corto o ampliar las diagonales con diseños en espiga o a cartabón. En ambientes amplios podremos atrevernos con pavimentos de gran formato, acabados brillantes y con la combinación de materiales distintos. Cuando la renovación es para toda la casa, los nuevos conceptos de interiorismo imponen el uso de un mismo material para todas las estancias, con alguna excepción restringida a las zonas más húmedas de baños y cocinas. La integración visual ensancha los ambientes y unifica los conceptos estéticos, haciendo más versátiles las propuestas decorativas.

04 Estilo y decoración. No puede desligarse el estilo arquitectónico de la casa, el tipo de mobiliario y el concepto estético del espacio, del propio estilo del material que se elija como suelo. En ambientes rústicos sería un error instalar un suelo cerámico de acabado brilloso y perfecto, así como en un piso de ciudad nos sería difícil integrar un pavimento de barro artesanal.

Pavimentos favoritos

01 Piedras. Las piedras son los materiales estrella de los grandes espacios. Calizas, areniscas, pizarras, granitos y mármoles son las más empleadas. Los acabados pulidos son especialmente indicados para ambientes nuevos y contemporáneos. Los apomazados se caracterizan por un pulido mate y liso; los abujardados y los arenados proporcionan una superficie rugosa; ambos son indicados para ambientes más rústicos o para porches, debido a que son antideslizantes. Otra opción son los acabados envejecidos, que pueden elegirse con diferentes formatos. La pizarra y la cuarcita, impermeables y resistentes a los cambios de temperatura, están muy indicadas para colocar en exterior. Una opción a los clásicos empedrados son los enmallados de piedras de río. Se instalan en el exterior o en zonas húmedas del interior, como en baños.

02 Gres. Los porcelánicos son los más duros, resistentes a la humedad, las manchas y la abrasión. Reproducen casi a la perfección diferentes texturas, como la piedra, el barro, materiales envejecidos, las fibras como el bambú, la madera o el acero oxidado. Para el exterior hay líneas preparadas para soportar la climatología más adversa.

03 Barro. Puede presentarse al natural o vitrificado. Las baldosas artesanales se caracterizan por la superficie desigual y por la especial tonalidad que les confiere el horno de leña. Su entorno es el rural o las viviendas unifamiliares.

04 Baldosas hidráulicas. Su momento de apogeo se remonta a la época modernista; hoy día hay un resurgir de este material. Se trata de una baldosa cuya composición fundamental es el cemento, la arena y los pigmentos de color. El acabado es liso y satinado. Ideales para crear combinaciones con suelos de cemento.

05 Suelos continuos. La forma más artesanal es la que se obtiene realizando un mortero alisado a base de cemento Portland gris. Si se quiere conseguir color, se pueden agregar arenas seleccionadas, polvo de piedra molida o pigmentos minerales. En ambientes más grandes y diáfanos resulta más apropiado un hormigón continuo, que se aplica en la etapa de fraguado de la solera, con el fin de obtener una capa monolítica. Se pule con máquina o manualmente. Se pueden proteger con selladores, pinturas epoxi o ceras acrílicas. Para la renovación de un suelo que no se quiere levantar, se puede aplicar un recubrimiento de microcemento de tan sólo dos milímetros de espesor.

06 Madera. Puede tratarse de tarimas de madera maciza o de parqués multicapa. Ambas pueden colocarse sobre rastreles, encoladas o con sistema clic. Para decidir la que más nos conviene hay que saber el grado de dureza de cada especie. En los ambientes en los que se está más tiempo y en los lugares de paso conviene elegir maderas duras o semiduras, como el roble, el fresno, el haya, el merbau o la jatoba. Las más blandas, como el pino, el arce o el abedul, se aconsejan en dormitorios o cuartos de poco uso. De todas formas conviene proteger las zonas de uso y las patas de muebles con alfombras y fieltros. Las multicapa conviene que tengan como mínimo una capa de madera natural de por lo menos cuatro milímetros. Se recomienda el barniz al agua o aceites endurecidos con tratamientos UV. Como alternativa a un presupuesto de madera se puede optar por las tarimas laminadas. La cara superior imita a la madera mediante un papel decorativo protegido por una capa de melamina. La estabilidad máxima se logra con los materiales que incluyen laminados de alta presión (HPL). Pueden incorporar tableros resistentes a la humedad, aunque esto no significa que puedan mojarse repetidamente.

Una propuesta para toda la casa

01 Hall de entrada. Por ser el filtro de suciedades que vienen del exterior, mejor elegir un suelo porcelánico especial para alto tránsito, sin esmaltar y de color verde grisáceo.

02 Estar-comedor, cocina. Como son ambientes que están visualmente comunicados, se instalará un parqué flotante de cerezo acabado con barniz al agua. En la zona de mayor exposición al agua y suciedad de la cocina crearemos una alfombra con el mismo suelo del hall. En el área de asientos del estar, una gran alfombra de lana peluda protegerá la zona de mayor uso y delimitará el espacio de uso.

03 Terraza. Para unir los conceptos estéticos del interior con el exterior se puede optar por elegir una tarima de madera maciza de Ipe tratada al aceite sobre un bastidor elevado.

04 Zona de dormitorios. Al igual que en el estar-comedor, continuaremos con la tarima de cerezo. La idea se basa en dar a la vivienda la mayor homogeneidad en el uso de materiales y colores.

05 Baños. El aseo en nuestra propuesta abre al hall de entrada, por lo que le instalaremos el mismo pavimento porcelánico. Los baños generales se revestirán en la zona de aguas y sanitarios con un enmallado de piedras de río de color blanco; en las zonas de lavabo se sigue con la tarima de cerezo, para no cortar la continuidad visual de materiales desde el área de dormitorios.

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