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Bellas Artes cuenta con una de las ofertas de prácticas más elevadas de Europa

Casi 40 museos y empresas de diversos sectores acogen cada año a un centenar de alumnos

Una persona más bien bohemia, en los antípodas de las necesidades y de las preferencias de las empresas y con el triunfo artístico como único y poco probable destino laboral. Esta descripción corresponde al arquetipo que la sociedad ha establecido para el estudiante que se forma en las facultades de Bellas Artes. Sin embargo, esta imagen se desmorona en buena medida cuando se conocen casos como el de Bellas Artes de la UPV, una de las facultades de esta disciplina académica que cuenta con una de las ofertas de prácticas más elevadas de Europa, según destaca su decano, Agustín Ramos. Una media anual superior a los cien alumnos acude a las cerca de 40 empresas con las que la Facultad de Bellas Artes mantiene vinculaciones.

El equipo decanal que encabeza Agustín Ramos quiere estrechar relaciones con los parques tecnológicos

El abanico de firmas que colaboran con el centro es amplio y variado. A los imaginables convenios con el Museo Guggenheim, el Bellas Artes de Bilbao, el Artium de Vitoria o el Museo Diocesano se unen otros con compañías de diseño, como el Centro de Diseño Industrial; de comunicación, por ejemplo, EITB; con firmas de restauración artística e incluso con Iberdrola. El último sector en incorporarse a este grupo es el de la moda. La universidad pública suscribió un acuerdo la pasada semana con la Asociación de Empresas de la Moda de Vizcaya que, además de marcar la senda para el desarrollo de un futuro posgrado conjunto de Moda y Creación, abre las puertas a la realización de nuevas prácticas.

En presencia del rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez, el rector destacó este acuerdo como una muestra más de la relación entre las bellas artes y las empresas, algo en lo que no se dan tantas diferencias con otros campos académicos. "Enviamos alumnos formados, pero que necesitan especializarse en el ámbito empresarial y que, además, cuentan con un plus de vocación que los convierte en personas muy concienzudas que interesan, y mucho, a las empresas", recalcó Ramos.

Los contactos con los diferentes sectores productivos no se quedan ahí. El equipo decanal pretende estrechar relaciones con los parques tecnológicos -de hecho, ya se ha impartido alguna charla en el centro de Zamudio- y conseguir así el desarrollo de nuevas prácticas, en este caso asociadas al diseño y la imagen corporativa, un campo de una relevancia creciente. "Para estos casos, lo que demanda el mercado son creadores y en nuestra facultad y para nuestros alumnos la creatividad es un valor esencial sobre el que se trabaja y se forma", destaca el rector.

Además del número de prácticas, la Facultad de Bellas Artes sobresale en su campo por la calidad de éstas. Centros como los de Barcelona o Valencia han solicitado información sobre el modelo de protocolo y seguimiento del trabajo en empresas que se ha diseñado en la facultad vasca. El centro dirigido por Ramos dedica especial atención a la aportación que el estudiante obtiene en su paso por una empresa o institución determinada. Tanto es así que por cada alumno en prácticas hay detrás un tutor que evalúa su formación y comprueba que ésta no se sale de lo pactado y que no interfiere en sus estudios.

"Los resultados son muy buenos, tanto desde el punto de vista de los empresarios como de los alumnos. En ambos casos, el grado de satisfacción reflejado en las encuestas de valoración es alto", recalca Ramos.

El problema es que un cuidado tan constante limita de forma considerable el número de prácticas en un centro que no dispone de más de 130 profesores. "No damos abasto y nos da lástima porque no llegamos a todas las empresas con las que nos gustaría establecer contacto", admite el decano.

La mayor vinculación con el mundo empresarial permite, además de formar más y mejor a los estudiantes, acabar con otra de las creencias que rodean a la carrera de Bellas Artes, en este caso, la idea de que las salidas laborales con las que cuenta un licenciado en esta facultad son muy escasas. "Tanto los resultados del estudio de inserción laboral que hemos realizado nosotros en nuestro centro como los obtenidos en el trabajo que de forma general ha llevado a cabo la UPV demuestran que nuestro índice de colocación es bueno", añade.

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