El editor Peter Mayer defiende la creciente expansión del libro de bolsillo en español
El antiguo responsable de Penguin dirige un seminario sobre un sector en transformación
"Es que España es diferente", escuchaba Peter Mayer hace siete, ocho años, cuando grandes expertos del sector editorial le iban con la milonga de que aquí jamás funcionaría el mercado del libro de bolsillo como en los países anglosajones. El ex editor de Penguin, auténtica referencia mundial de las colecciones de formato pequeño, les replicaba que no podía ser, y hoy, cuando dicho objeto va cuajando en el mercado hispano, Mayer está dispuesto a defender que va a extenderse mucho más. Lo hará a partir de hoy en el primer seminario internacional del Libro de Bolsillo, que se celebra hasta mañana en Madrid.
"Nunca pensé que el mercado en español de bolsillo pudiera ser diferente a los demás"
El del libro de bolsillo es un sector dinámico, más pendiente del mercado del entretenimiento que del de la cultura elitista y con tendencia al juicio y al adoctrinamiento. De eso no se va a librar nadie y, para avisar sobre ello, Peter Mayer compartirá su visión experimentada y certera en un seminario internacional, con participación de editores, libreros y profesionales del mundo de la impresión durante dos días en la sede del Grupo Santillana, en Madrid.
Mayer, que ha estado muy en contacto con el desarrollo del mercado del libro de bolsillo en español en los últimos años, presentó ayer el seminario que dirige él, junto a Isabel de Polanco, consejera delegada de Santillana; Victoria Chapa, directora del sello Punto de Lectura, y Francisco Cuadrado y Juan González, editores de Santillana.
La pujanza y el crecimiento de los libros de bolsillo se impondrán, aunque dentro de un sector que cada vez crecerá con formas y salidas muy diferentes entre sí, cree Peter Mayer. Y el mundo hispanohablante no será ajeno ni se mantendrá como una isla impenetrable en este sentido: "Cuando hace ocho años me consultaron para crear en España Punto de Lectura, me interesaban varias cosas del mercado español. Primero, que no se leía de forma masiva y también que las librerías eran lugares elitistas y de minorías", afirma Mayer.
Pero eso va cambiando. "Nunca pensé que el mercado en español pudiera ser diferente a los demás. Es más, siempre dije que se podría crear un gran mercado en español, similar al anglosajón y a lo que hizo Penguin, porque el idioma permitía una expansión en España y en América Latina", sostiene Mayer.
Pero para eso hay que contar con rasgos algo distintos, variopintos, diversos, pero nunca tanto como para que el fenómeno del libro de bolsillo adquiera otra dimensión. "En países como Estados Unidos, los libros de bolsillo más baratos son títulos muy comerciales, mientras que en el mercado español, todavía hay literatura de calidad y puedes encontrar a García Márquez o Vargas Llosa en ese formato, algo que allí no existe", afirma el editor, que ahora trabaja para el grupo Overlook Press, de Estados Unidos. Eso irá cambiando. "Dentro de unos años, los títulos de más calidad pasarán a otro formato más grande, del A al B, como lo definimos nosotros".
Diversificación, riqueza, variedad, tamaños que sean más atractivos para todos los públicos que acabarán formando parte de las legiones de lectores en todo el mundo. Un nuevo síntoma de lo que es la nueva cultura democrática de masas, de la que el libro de bolsillo es un objeto característico: "Debe ser como el DVD, como el disco, algo al alcance de cualquier persona y no por puro negocio, sino por formar parte de una nueva cultura del libro". Un rasgo de la democracia moderna: "Un deber para compartir con los ciudadanos es darles la posibilidad de que estén cada vez más informados y de manera masiva", asegura el editor.
Pero no hay parámetros fijos; cada país, cada mercado, se mide por impulsos diferentes: "No existe una congruencia perfecta entre cultura, riqueza y educación. Más lectura, a veces no responde a más riqueza, y eso es algo que se ve en Estados Unidos, un país que para muchos está avanzado pero que es tan diverso que en muchos lugares todavía creen en el demonio y no en las teorías de Charles Darwin".
Tampoco la piratería es algo que afecte a todos lo países por igual y menos al mercado del libro de bolsillo. "No afecta porque fotocopiarlo es más caro en términos de tiempo y dinero que comprarlo nuevo", afirmó Mayer. Francisco Cuadrado e Isabel de Polanco puntualizaron algunas cosas al respecto: "La piratería afecta sobre todo a libros de investigación, con pocos ejemplares en el mercado y muy caros de precio o a las novedades, que son las que más pueden venderse", aseguraba la consejera delegada de Santillana. "Ataca más a mercados de América Latina que a otros", añadió Cuadrado.
¿Dónde comprar?, ¿en el quiosco o en la librería?
Peter Mayer desconoce el fenómeno de las colecciones de libros que fomentan cada vez más los diarios en España. Pero será un asunto que se debata estos días en el seminario que se celebra en Madrid, y en el que participarán editores y libreros españoles, pero también de otros países, como Francia, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y América Latina. Resulta que de los puntos de venta reducidos y elitistas que le atraían de España hace ocho años no se ha pasado a las grandes superficies del libro exclusivamente, como ocurre en Estados Unidos, donde existen 1.000 tiendas de la cadena Barnes & Noble, por ejemplo, sino que han encontrado una guarida en los quisocos, para desesperación de muchas partes del sector.
Pero es algo que Mayer defiende. "Lo importante no es dónde compras el libro. Lo importante es comprarlo", asegura el editor, que en 1978 se hizo cargo del sello Penguin. "Los libreros deben darse cuenta de que quien empieza comprando en un quiosco acabará en su librería", dice. Es comprensible que se alarmen, cree Mayer, pero es mejor que sean pacientes: "Muchos representantes del sector tratan de proteger el negocio tal y como existe ahora, y es lógico. Pero deben empezar a mirar al mercado editorial de forma más amplia", advierte Mayer. Porque el hecho es que es un sector en expansión, según él. Algo que en el mercado del libro de bolsillo se comprueba con cifras ascendentes desde 2000, un año en el que se facturaron 2.528.900.000 euros que crecieron en 2.792.610.000 en 2003. Las cifras fueron producto de la venta de 210.258.663 ejemplares en el primer año del siglo XXI, que luego ascendieron a 232.153.661 tres años después.
"Muchos creen que la tarta para repartir es siempre igual, pero la verdad es que ésta crece de tamaño y tocará a más en el futuro", asegura Mayer.
Además, es un mundo donde el criterio propio de los lectores cada vez es más fuerte y más decidido. "Nos alejamos de un mundo en el que la cultura establecida y dominante dictaba los gustos a la mayoría y predicaba qué debía leerse y qué no. Hoy, en la sociedad de consumo, el público elige por libre y está cada día más sujeto a la promoción que se haga de los productos y a algo que es todavía mucho más importante y decisivo, que es el factor boca-oído", sentencia el editor.
Babelia
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