Zapatero respalda a Schröder en Alemania en unas elecciones regionales decisivas

Respaldar la Constitución Europea a nueve días del referéndum en Francia era el objetivo declarado del viaje del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, a Alemania. Apoyar al canciller alemán, Gerhard Schröder, dos días antes de las elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia, fue el verdadero cometido de la tarde de ayer en Dortmund, al oeste del país. Toda la ayuda es poca para la socialdemocracia alemana, que, de acertar las encuestas, perdería el Estado más poblado y en el que ha gobernado desde hace 39 años.

Presentado como "un joven de León", Zapatero tuvo reiteradas palabras de agradecimiento para su "amigo" Schröder, que en febrero acudió a Zaragoza para apoyar al presidente español en el referéndum sobre la Constitución europea. Los mayores aplausos los arrancó el presidente español al hablar de la guerra de Irak, la retirada española y la postura alemana, también en contra del conflicto. Y no faltó un guiño al discurso anticapitalista que han sacado del armario los socialdemócratas en esta campaña. "Los valores de la derecha cotizan en la Bolsa, y los de la izquierda, en el corazón", apuntó Zapatero.

En su segunda visita a Alemania, Zapatero tuvo palabras para los inmigrantes españoles en Alemania y la "conciencia democrática que adquirieron aquí" y para el apoyo del socialismo alemán en los primeros años de gobierno de Felipe González. Europa, su Constitución y la consulta francesa, sin embargo, apenas tuvieron espacio en el discurso del presidente. La prioridad era ayer remontar las encuestas a dos días de unos comicios considerados vitales para la supervivencia del Partido Socialdemócrata (SPD) en las elecciones de 2006.

Los sondeos vaticinan desde hace semanas su derrota frente a los democristianos. Y a pesar de una ligera recuperación del SPD en los últimos días, el partido de Schröder se encuentra a siete puntos de sus adversarios según la última encuesta del Instituto Forsa. Los Verdes y los liberales rondan ambos el 7%, en porcentaje de voto. El reto del candidato del SPD, Peer Steinbrück es sacar el domingo de sus casas a los indecisos y a sus votantes tradicionales, ahora desencantados ante la crisis económica que atraviesa el land más industrializado y poblado de Alemania. Renania del Norte-Westfalia alcanza hoy, con un millón de parados, la mayor tasa de desempleo en décadas. "No votar perjudica su futuro", se podía leer en la pantalla situada en el escenario al que se subieron Schröder, Zapatero, Steinbrück y el presidente del SPD, el polémico Franz Müntefering.

Schröder, siempre sonriente, defendió la necesidad de los planes de reforma y los recortes sociales. Y no dudó en vincular el resultado de estos comicios regionales con el futuro de la cancillería. Y del mundo. "Necesitamos el apoyo en Berlín para continuar una política multilateral y establecer la paz en el mundo. En Irán, en Irak necesitamos solucionar conflictos, y nosotros tenemos la capacidad para ello. Europa debe ser un continente que consiga bienestar, y eso sólo es posible apoyando a la socialdemocracia en Renania del Norte-Westfalia", dijo entre pitadas y gritos de fondo de quienes ayer eligieron el mitin del SPD para protestar por el plan de reformas del mercado laboral, puesto en marcha por el Gobierno de Schröder. "Este Estado necesita a Steinbrück y toda Alemania necesita a Steinbrück", terminó diciendo el canciller.

El candidato socialdemócrata para estos comicios insistió en la necesidad de convencer a los escépticos. "La campaña final está en las últimas 48 horas", sentenció un enérgico Steinbrück, para volcarse a continuación en el tema que ha centrado la campaña: el desempleo. "Si Rüttger

[Jürgen, candidato de la derecha] gana, habrá 10.000 despidos", amenazó ante unos 2.000 simpatizantes. No hubo por parte del presidente de Renania del Norte-Westfalia ni una sola mención a Los Verdes, con los que Steinbrück ha protagonizado en el pasado sonados enfrentamientos. Durante la presente campaña la consigna ha sido mantener una pacífica y necesaria relación de convivencia.

Müntefering, cerró la sesión sin decepcionar las expectativas de los que esperaban que diera suelta a la retórica anticapitalista, que ha provocado la ira de gran parte de la comunidad empresarial en Alemania en los últimos días. "Sabemos que los mercados ya no tienen fronteras y el capital tampoco, pero hay que tener en cuenta que lo que importa son las personas. ¿El dinero gobierna el mundo? No, la socialdemocracia lucha por la igualdad social". Tampoco escatimó en críticas para los sueldos de los directivos de las empresas. "¿Cómo se explica que un vendedor tenga un sueldo 500 veces menor que un ejecutivo?", se preguntó.

La elección de Dortmund como escenario del gran acto de campaña del SPD no ha sido casual. Esta ciudad de cerca de 600.000 habitantes es el núcleo duro de la socialdemocracia renana. En la ciudad del Borussia, el club de fútbol del canciller, Schröder se siente como en casa.