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Manuel Rivas desnuda las paradojas más ricas de Galicia

Un libro recoge su reciente obra periodística

Jesús Ruiz Mantilla

Los tópicos muchas veces esconden verdades absolutas. Incluso en Galicia, ese lugar donde impera el relativismo y en el que, como asegura Manuel Rivas, "el papa Ratzinger se perdería con esos discursos tan dogmáticos y acabaría convertido al budismo". Será cosa de la magia, también, o de esos secretos que esconden las paradojas más sugerentes y ricas de una región a la que el escritor vuelve a desnudar en Un espía en el reino de Galicia (Aguilar).

No se cansa de hurgar en el alma de sus gentes, de preguntar y preguntarse por todos esos eternos misterios sin resolver. Al final no va a llegar a conclusiones inamovibles sobre la esencia de su tierra, ni falta que le hace, porque si así ocurriera, la mayoría no serían ciertas. Y es que, para Manuel Rivas (A Coruña, 1957), Galicia se explica a las mil maravillas con sus contradicciones, a lomos de sus paradojas, cortando un taco de verdad de frente y otro por el reverso, y para eso no hay un caldo más rico, ni una queimada mejor cocida que la de la ironía. "Más cuando vivimos en un régimen malhumorado, como este de Fraga, en el que el arma que nos ayuda a sobrevivir es ésa, la ironía", afirma Manuel Rivas.

Se ha vestido de extraterrestre para explicar ese planeta fascinante, donde viven 2,8 millones de habitantes y otros dos millones emigraron en el siglo XX: "Galicia está y no está en Galicia", escribe Rivas. Es una de esas paradojas que le sirven para desmontar y darle un revolcón a algunas verdades establecidas: "Como la que dice que se trata de un pueblo provinciano y encerrado en sí mismo, cuando lo cierto es también que, junto a eso, que es lo que representa Fraga a las mil maravillas, existe una Galicia cosmopolita".

Es una conclusión que llega de otra lucha contradictoria, otra ecuación de verdades a medias, resuelta por Rivas así: "Nuestro paisaje mental es remoto, basado en una cierta realidad. Seguimos discutiendo sobre el tren, que aquí llega todavía con retraso, pero yo, en cambio, creo que Galicia está bien situada. Geográficamente es un lugar ideal que nos sirve de embarcadero cosmopolita". Un embarcadero con muchos atraques: "En un muelle está nuestra vinculación con Portugal y toda la cultura lusófona; en otro, América: los gallegos siempre miramos hacia allí; en otro la Europa del Norte, los celtas y todo ese cosmopolitismo que nos llega de nuestra cultura marítima, que es la más importante".

La 'almeira'

Leen el futuro mirando al mar y esa forma de observar el mundo contiene mensajes llenos de esperanza y temores sepultados en los naufragios de sus costas. "Hay lugares en los fondos submarinos que nos explican muchas cosas. Existen unas grutas a las que no se debe acceder, que los marineros llaman a marca do medo, donde no entra nadie, y otros, como la almeira, el lugar de las almas, donde los peces crían, que es donde debemos dirigirnos los gallegos en el futuro".

Un porvenir que llegará después de las elecciones, donde la región se juega seguir a un líder que constituye un vestigio del pasado o inclinarse por el cambio, que siempre será relativo: "Fraga es una prolongación del franquismo, que pasará a la historia por ser el único político que es capaz de inaugurar accidentes naturales y poner placas en las cascadas", afirma. El caso es frenar la decadencia de una región que sigue perdiendo a sus jóvenes. "Se marchan los más inquietos, los más rebeldes. En 2003 se fueron 65.000. Eso es perder la savia nueva y marchitarse".

Al salir se llevan con ellos morrinha y saudade junto al sonido y el sabor de algunos de sus símbolos más pertinaces, que le sirven a Rivas para describir las imbatibles maravillas de su reino poblado de magia, que existe y se practica, verdaderamente, como un gran instrumento de la imaginación. Entre esos símbolos hay tres que le fascinan: "La gaita, que parece un instrumento de otro planeta, con un depósito parecido a la ubre de una vaca, otro tótem gallego, y que expulsa la música del aire y que es capaz de llevarte de la melancolía a la euforia. La vieira, que le ha servido hasta de logo a una petrolera. O el pulpo, que es el auténtico gallego invertebrado".

Manuel Rivas.
Manuel Rivas.CARMEN VALIÑO
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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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