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Putin advierte contra cualquier revisión de las fronteras de Rusia con Occidente

Los Veinticinco y Moscú pactan un plan de trabajo en una cumbre marcada por la discrepancia

Pilar Bonet

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió ayer de los peligros de una revisión de fronteras en Europa y acusó a Letonia de presentar a Rusia reivindicaciones territoriales "estúpidas". Putin se manifestó así en la conferencia de prensa final de la cumbre entre la UE y Rusia, que debería haber sido también el marco para la firma de un acuerdo fronterizo entre Rusia y Letonia, país que ingresó en la UE hace un año. En la cumbre se firmaron cuatro detallados planes de trabajo para encauzar la relación entre Bruselas y Moscú y avanzar hacia la "construcción de una Europa unida y sin divisiones".

Putin: "Comencemos a dividirlo todo en Europa. ¿Es eso lo que quiere?"
Pitalovski, en la provincia rusa de Pskov, pertenecería a Letonia desde 1920

El previsto acuerdo fronterizo ruso-letón se vio abortado debido a una declaración unilateral de última hora del Gobierno de Riga, por la que se reservaba el derecho a futuras reclamaciones territoriales basadas en un tratado bilateral con Rusia de 1920. Por aquel documento, el distrito de Pitalovski (también llamado Pitalovo), en la actual provincia rusa de Pskov (zona de 1.600 kilómetros cuadrados y poblada por 30.000 personas) pertenece a Letonia. Los problemas que Riga plantea ahora no se dan en el caso de Estonia, explicó el líder ruso, que anunció la próxima firma de un acuerdo fronterizo con este país báltico.

"Como resultado de la desintegración de la URSS, la Federación Rusa ha perdido decenas de miles de territorios que le pertenecieron desde tiempo inmemorial", dijo Putin, en respuesta a una periodista báltica. "¿Acaso propone que comencemos a dividirlo todo ahora desde el principio? ¿Tal vez debemos recuperar Crimea [en Ucrania] y parte de otras repúblicas de la URSS? Y así sucesivamente. ¿Por qué no devolvernos Klaipeda [en Lituania]? ¿Comencemos a dividirlo todo en Europa. ¿Es eso lo que quiere?", le espetó el líder ruso, molesto por la pregunta.

Tras la jornada festiva del 60º aniversario del final de la II Guerra Mundial -en la que Putin reivindicó el papel decisivo de la URSS en la derrota del nazismo y alto precio en vidas que pagó por ello-, la discusión fronteriza de ayer reavivó la polémica histórica de los días precedentes. Putin subrayó que consideraba "cerrado" el debate sobre el pacto germano-soviético de 1939 y en declaraciones al Eco de Moscú, el alto representante de la Unión Europea para política exterior, Javier Solana, instó a Rusia y a los países bálticos a la "reconciliación" y a "mirar hacia el futuro". Pero las heridas aún no han cicatrizado. Lo que para Moscú fue la derrota del nazismo, en los países bálticos se vive como el inicio de la ocupación soviética.

La UE ampliada al Este trata de avanzar en sus relaciones con Moscú y por ello firmó ayer cuatro planes de trabajo que se traducen a la práctica los "cuatro espacios" de colaboración (Economía, Libertad y Justicia, Seguridad Exterior y Cultura) esbozados en San Petersburgo en 2003. Los objetivos detallados en una cincuentena de páginas van desde el incremento de los intercambios estudiantiles al desarrollo de la colaboración energética pasando por una mayor coordinación en la lucha contra el terrorismo y el avance hacia un mercado abierto e integrado común, así como el apoyo al ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio este año.

En el ámbito de libertad y justicia, Rusia y la Unión Europea, sin embargo, no pudieron concluir un acuerdo sobre simplificación de visados, un documento que la UE había insistido en vincular con la firma de un tratado de readmisión mediante el cual Moscú se comprometiera a hacerse cargo de los emigrantes ilegales que utilizaran su territorio para pasar a Europa. Las partes acordaron mantener nuevas negociaciones sobre este asunto. Tal vinculación fue rechazada por Rusia y ambas partes llegaron a un compromiso para concluir "en paralelo" ambos acuerdos. "Nuestro fin definitivo es la eliminación de visados y solo entonces podremos decir que en Europa no hay una línea divisoria", dijo Putin. El líder ruso apoyó sin embargo los planteamientos de la UE y se mostró dispuesto a negociar acuerdos de readmisión con sus vecinos inmediatos.

"Esto exige un determinado tiempo para negociar con los países de la Comunidad de Estados Independientes y también supone gastos", dijo el presidente, que vinculó además el tema al respeto a los derechos humanos. Rusia, según dijo, "se esforzará por satisfacer al máximo la exigencia de la UE", aunque resulta "excesivo relacionar la introducción de un sistema simplificado de entrega de visados con la resolución de todas los problemas de la readmisión".

El líder ruso opinó que estos problemas no están directamente vinculados y que en el marco de los acuerdos de Schengen existe ya la posibilidad de facilitar visados simplificados a determinadas categorías de ciudadanos. Rusia ha negociado acuerdos de simplificación de visados con Alemania, Francia e Italia.

En el campo internacional, la UE y Rusia acordaron aumentar su cooperación en la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva; reforzar el diálogo en las "regiones adyacentes de las fronteras de la UE y Rusia"; aumentar sus contactos militares y potenciar la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa como foro de toma de decisiones en materia de seguridad.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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