El Real Alcázar de Sevilla recupera un jardín del siglo XIV

El Real Alcázar de Sevilla, uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura mudéjar en España, ha recuperado el jardín medieval del patio de las Doncellas. Este jardín, que data del siglo XIV, había estado oculto durante más de cuatro siglos. La intervención, que ha durado un año y cuyo coste se ha elevado a 264.810 euros, es la más importante llevada a cabo en el conjunto monumental en el último medio siglo.

La recuperación, que fue presentada ayer por el concejal delegado del Patronato del Real Alcázar, Antonio Rodríguez Galindo, es fruto de un hallazgo arqueológico realizado en 2002 bajo el suelo del Patio de las Doncellas. Los arqueólogos encontraron un patio del siglo XIV que estaba bien conservado. "Es un patio que sólo tenía un estanque central y dos parterres. El hallazgo se produjo dentro de un programa de prospecciones arqueológicas que desarrolla el Patronato del Real Alcázar desde 1997. Nos sorprendió que este jardín deprimido (hundido) tuviera un estado tan aceptable", señaló el director-conservador del Real Alcázar, José María Cabeza. El jardín, de unos 500 metros cuadrados, fue construido durante el reinado de Pedro I (1334-1369) y cubierto en 1584 por su mal estado de conservación.

La labor de recuperación ha dado unos resultados mágicos que permiten retroceder a la época en que cristianos, musulmanes y judíos convivían en la península Ibérica. Seis naranjos -tres a cada lado del estanque- rodeados de margaritas y verbenas lucen bajo el sol como lo hacían en la Edad Media. El estanque, muy alargado, refresca la atmósfera en el centro del Patio de las Doncellas. El aire cristalino de una mañana de primavera refuerza la sensación de paz que emana del recinto.

"Las margaritas y las verbenas ofrecen la imagen de prado florido que buscábamos. No sólo se ha restaurado un patrimonio material, sino que también se ha recuperado un patrimonio inmaterial: el aroma de los naranjos y el sonido del agua", explicó Cabeza. "Además, se ha recuperado el carácter funcional del estanque o alberca, que se ha llenado de peces colorados. Ésta era una tradición antiquísima del Alcázar que hemos recuperado. Los peces colorados se utilizaban para eliminar los mosquitos en el verano", comentó Cabeza.

Los trabajos arqueológicos han servido también para analizar los restos islámicos que se encuentran cinco metros por debajo del patio y que datan del siglo X. La recuperación del estanque con su lámina de agua ha ido acompañada de la conservación de unas pinturas medievales que hay en su interior. "Las pinturas se han restaurado y están protegidas por un vaso de plástico", dijo el director-conservador del Real Alcázar. La próxima intervención arqueológica en el conjunto monumental sevillano se llevará a cabo a finales de este verano en el Patio del León.