La LOE, Europa y la Universidad

En 2010 se inaugurará el espacio Europeo de Educación Superior. España habrá abandonado para entonces el viejo sistema de diplomaturas y licenciaturas para adaptarse a otros planes que incorporarán numerosas novedades. La universidad funcionará con una mayor movilidad, se reducirá la duración de las carreras y se le añadirán masters y doctorados, mientras que la convergencia de recursos, ideas, proyectos y personas potenciará la investigación y el desarrollo científico y docente. Sin olvidar lo más importante, los métodos educativos no serán los mismos.

Mientras tanto, la LOE seguirá manteniendo grandes carencias derivadas de unos programas cada vez más reducidos en su contenido. Hacer memoria y acumular conocimientos suele ser la pauta principal de la mayoría de los colegios e institutos públicos. Y la reforma de Educación propuesta por el PSOE no supera estos límites, y no tiene una proyección europea. La ley de calidad que planteó el Gobierno de Aznar endurecía los criterios, pero sin dotar a los centros de los recursos necesarios para una mejora en su actividad.

En la Universidad europea se nos pedirá mayor participación en el aprendizaje, el trabajo en grupo y la investigación por cuenta propia, sin embargo no estaremos acostumbrados a pensar y a decidir por nosotros mismos en cuanto al uso de los conocimientos que adquirimos.

En 2007 empezarán los primeros ensayos que permitirán juzgar el éxito de los programas europeos, y España corre el peligro de quedarse atrás. Muchos universitarios de nuestro país pueden arrastrar consigo un déficit en un espacio que se presupone mucho más competitivo.