El Ejecutivo del PP inscribió a EHAK pese a los avisos sobre similitudes con Batasuna

El Gobierno de José María Aznar fue alertado por altos cargos de Interior en agosto de 2002, el mes en que instó la ilegalización de Batasuna, de que EHAK, siglas en euskera de Partido Comunista de las Tierras Vascas, mostraba tan sospechosas similitudes con esa formación que cabía denegar su inscripción, según un informe del pasado 25 de abril de la Comisaría General de Información. Tras consultar con el ministerio fiscal, el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, admitió en octubre de 2002 a EHAK, que pidió su inscripción el día en que se abrían diligencias a Batasuna.

La investigación sobre las conexiones de EHAK ha puesto de manifiesto en qué contexto se produjo el nacimiento del partido comunista abertzale cuya ilegalización reclama ahora insistentemente el PP. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero considera que los indicios hasta ahora recabados por Guardia Civil y policía son insuficientes para pedir la ilegalización. La entrada en la arena política de EHAK, que cosechó nueve escaños en los pasados comicios vascos tras pedir Batasuna el voto para dicho partido, se produce de la siguiente manera.

Con fecha de 29 de julio de 2002, al mes de entrar en vigor la Ley de Partidos creada para ilegalizar a Batasuna, se constituye EHAK ante notario. Sus promotores son los hermanos Juan Carlos y Javier Ramos Sánchez; Aritz Blázquez Díez y Juan Manuel Rodríguez Fernández. Los padres de este partido esperan hasta el 12 de agosto para solicitar su inscripción en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior. Ese mismo día, la Fiscalía General del Estado anuncia la apertura de diligencias contra Batasuna por enaltecer a ETA y la Abogacía del Estado concluye su informe para solicitar la ilegalización de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna conforme a la Ley de Partidos. Y, al día siguiente, el PSOE y el PP ponen oficialmente en marcha el mecanismo de ilegalización de dicha formación.

Paradójicamente, mientras se intenta desterrar de la escena política al brazo político de ETA, en Interior se encienden las alarmas sobre el partido vasco que justo entonces llama a su puerta para inscribirse: EHAK. Los informes policiales desmenuzan las alarmas que se dispararon entonces en el ministerio que dirige el popular Ángel Acebes al analizar los papeles del nuevo partido abertzale. "Al examinar sus estatutos, la Dirección General de Política Interior [su titular era José Ramón Ónega López] entendió que pudiera haber elementos suficientes para NO [sic] proceder a la inscripción en base a los siguientes elementos:

-Que existía similitud de siglas con Euskal Herritarrok.

-Que, según los artículos 2 y 4 de los estatutos, se pretendía la unidad política de las tierras vascas, incluidas las francesas.

-Que, según el artículo 2 de sus estatutos relativo a los fines del partido, se perseguía 'la eliminación progresiva del Estado'.

-Que, según el artículo 11 de sus estatutos, la Asamblea General decidiría 'la línea de cada frente, a saber, Frente Institucional o de participación del partido en los sindicatos, Frente de los movimientos de masas y Frente Político-Ideológico', y que dicha división de tareas era sospechosamente similar a la de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS), descrita en el auto de 26 de agosto dictado en el sumario 35/02 del Juzgado Central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional por el que se determinaba la suspensión de las actividades de las formaciones políticas Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna". Pese a estas sospechas, el partido fue inscrito.