"De la lectura de los estatutos no se deducen indicios"
¿Qué hizo el Gobierno de José María Aznar en 2002 al sospechar una posible clonación de Batasuna a través de EHAK? Como consecuencia de los indicios encontrados, según recogen los informes policiales, "la Dirección General de Política Interior remitió la solicitud de inscripción, el acta de constitución y los estatutos al ministerio fiscal, acordando la suspensión del plazo de 20 días dispuesto legalmente para proceder a la inscripción". La respuesta del Ministerio Fiscal, al que se había consultado, no se hizo esperar.
"Con fecha 25 de septiembre, el ministerio fiscal emitió un informe diciendo que de la documentación presentada y por la sola lectura de los estatutos de EHAK no se deducían indicios racionales suficientes de ilicitud penal en base al artículo 515 del Código Penal, por lo que procedía a su devolución al Ministerio del Interior a efectos de completar su inscripción". La Fiscalía, según su propia respuesta, no abrió ninguna investigación ante tales sospechas, y se limitó a analizar los estatutos del naciente partido abertzale.
Y devolvía la patata caliente a Interior. "Finalmente, toda esta documentación fue remitida al secretario de Estado de Seguridad [Ignacio Astarloa, cuya versión este periódico intento obtener ayer sin éxito], para que dictaminase la procedencia de la inscripción, circunstancia que efectivamente se produjo en octubre de 2002".
Algunas de las pruebas ahora aportadas por la Guardia Civil a la Abogacía del Estado y a la Fiscalía para ilegalizar EHAK son previas a que el Gobierno de Aznar lo inscribiese en 2002. Las loas a ETA de uno de sus promotores, Javier Ramos, desde un panfleto del embrión del partido, EHK, datan de 1999. La ponencia de dicha corriente dentro de Batasuna se produce en 2000. Y en 2001, EHAK defiende la lucha armada y se intercepta a un preso de ETA un plan para constituir EHAK.
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