Caixa Galicia convierte el antiguo Gobierno Militar de Ferrol en un gran centro cultural

Fue construido a fines del siglo XVIII como cárcel municipal; luego albergó un instituto de enseñanza media, y en 1944, el régimen triunfante lo convirtió en el Gobierno Militar de la ciudad donde había nacido el dictador. Desde ayer, este edificio histórico de Ferrol (A Coruña) se ha convertido en la sede de lo que pretende ser una "institución cultural de referencia", según sus promotores, la Fundación Caixa Galicia. "No será un museo estático o un simple contenedor de arte, sino un espacio lleno de vida y abierto a la ciudadanía", declaró el director general de la entidad financiera, José Luis Méndez, que inauguró el edificio, sexta sede adquirida por la fundación, junto al presidente de la Xunta, Manuel Fraga.

"La novedad es que la luz se ha convertido ahora en la gran protagonista"

El inmueble, remodelado con un proyecto del arquitecto Álvaro Romero Gil-Delgado, tiene una superficie interior de más de 3.000 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas que acogerán varias salas de exposiciones, un auditorio, una zona de lectura y una biblioteca virtual. En el vestíbulo, lo primero que encontrarán los visitantes será una monumental escultura de Martín Chirino, La sabina, una forja que el artista canario ha concebido especialmente para ese espacio y que él mismo considera como una novedad respecto a su obra anterior. "Escultura inusual, nueva forma que de modo urgente aparece dentro de mi labor", escribe Chirino en un texto de presentación. "Escultura donde la tridimensionalidad le escapa a cualquier juicio previo, nueva forma que se instala en el contexto de mi obra para marcar un horizonte nuevo".

Las celebraciones por la apertura de la nueve sede de la Fundación Caixa Galicia proseguirán en los próximos días y contarán hoy con un espectáculo montado para la ocasión por Comediants. La ceremonia ideada por el grupo catalán utilizará como pantalla la fachada del edificio para hacer colgar de ella grandes cuadros de tela o proyectar en sus muros las primeras frases del Quijote. Será el clásico espectáculo con mucho colorido y números casi circenses, como el de un actor descolgándose por un cable desde un edificio de 13 pisos situado frente a la sede de la fundación. Al mismo tiempo, se abrirá la primera de las grandes exposiciones de la nueva institución, que reúne 46 esculturas y 17 papeles de Antoni Tàpies.

Sexta sede

La de Ferrol será la sexta de las sedes que ha ido adquiriendo la Fundación Caixa Galicia desde su creación, en 1989. Con un programa al que la entidad financiera destina 126 millones de euros, se han rehabilitado edificios históricos singulares en las principales ciudades gallegas para dedicarlos a actividades culturales. Se trata de inmuebles que en su día tuvieron los usos más variados, desde el Café Moderno de Pontevedra, un edificio de 1902 que remodeló el portugués Álvaro Siza, hasta la Casa Grande do Pozo, en la Rúa do Vilar de Santiago, a sólo unos metros de la catedral, una construcción original del siglo XV que había pertenecido al cabildo compostelano.

En octubre se espera que esté finalizada la sede de A Coruña, que acogerá la colección permanente de arte contemporáneo de la fundación y para la que se ha optado por un diseño vanguardista del arquitecto británico Nicholas Grimshaw en pleno centro de la ciudad, junto al Cantón Grande. En julio se presentará el proyecto de remodelación del antiguo Cine Fraga de Vigo, y la fundación busca además edificios para instalarse en Ourense y para extender sus actividades a Madrid y Barcelona.

El edificio de Ferrol había sufrido en su historia varias transformaciones por el cambio de uso. Cuando se construyó en 1794, en lo que hoy es la plaza de la Constitución, tenía sólo dos plantas. En 1927 se hizo la primera remodelación para convertirlo de cárcel en el instituto de enseñanza media donde impartió sus primeras clases el que luego será el más grande escritor de la ciudad, Gonzalo Torrente Ballester. Transcurrieron 17 años hasta que pasó a albergar el gobierno militar y se aumentó su altura en dos plantas sin alterar el estilo arquitectónico original. El proyecto de Álvaro Romero Gil-Delgado ha mantenido la estructura externa y sólo ha variado la distribución interior para adaptarla a sus nuevas funciones. "Se ha respetado el carácter noble y emblemático del edificio original, pero la novedad es que la luz se ha convertido ahora en su gran protagonista", destacó el director general de Caixa Galicia.

La entidad financiera invertirá este año 55 millones de euros, casi un tercio de sus beneficios, en actividades sociales y culturales. "En el contexto de la actividad cultural", dijo Méndez, "nuestra fundación se ha consolidado como el agente de ámbito privado más dinámico e innovador de Galicia".