El federalismo alemán inspira la propuesta del Gobierno catalán
El borrador inicial que ha servido para perfilar el mecanismo progresivo de solidaridad se basa en las experiencias de la mayoría de países federales. Alemania, Australia y Canadá son las tres referencias básicas respecto a las subvenciones de nivelación. Estados Unidos o Suiza también tienen o han tenido sistemas similares, pero no tan perfeccionados como los tres anteriores.
Pero, sobre todo, el modelo de la Generalitat se inspira en el sistema federal germánico. En Alemania hay tres mecanismos de solidaridad interterritorial: la participación de los länder en el IVA, un mecanismo de solidaridad horizontal (entre regiones o territorios) progresivo -muy similar al que propone el Gobierno catalán-, y las subvenciones verticales, procedentes del Gobierno federal hacia los länder.
Sólo en el caso alemán hay un sistema de solidaridad entre regiones; esto es, un fondo que genera transferencias entre los territorios ricos y los pobres. Australia y Canadá tienen un sistema de solidaridad vertical, que sólo es completo en el caso australiano. En los otros dos, la solidaridad es parcial. Es decir, tras la aplicación del sistema no se consigue una equiparación absoluta del nivel de renta de las distintas regiones.
Compensación 'limitada'
¿En qué se basa la limitación de la solidaridad? En Alemania, donde los länder más ricos (Hessen, Baviera y Baden-Württemberg) acentuaron su esfuerzo de solidaridad tras la reunificación, presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional germánico. La sala dictaminó en 1999 que el sistema de nivelación tenía que reducir las diferencias entre los länder, pero impidiendo que tras la aplicación del sistema de subvenciones los territorios más ricos tuvieran menos renta que los más pobres.
Por ello, el mecanismo alemán equilibra la capacidad fiscal de los territorios. Ésta se mide, en primer lugar, a través de la recaudación real de todos los impuestos (participación en los tributos estatales y en el 50% de los municipales). En segundo lugar, se calcula la necesidad de gasto, que se obtiene distribuyendo la recaudación entre la población de cada land.
La subvención se calcula como la diferencia entre la capacidad fiscal y las necesidades de gasto, y garantiza que la capacidad fiscal de cada región después de la transferencia alcance, como mínimo, el 95% de sus necesidades. Las aportaciones que realizan los estados ricos también son graduales. Finalmente, el Gobierno federal asegura que todas las regiones tengan unos ingresos per cápita de como mínimo el 99,5% de la media.
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