Los expertos buscan en las células madre la solución a la infertilidad
El IVI reúne a especialistas mundiales en un congreso en Valencia
Obtener espermatozoides y óvulos de células madre para combatir la infertilidad, avanzar en las posibilidades del diagnóstico preimplantacional para cortar la transmisión de enfermedades hereditarias, reducir los embarazos múltiples en las fecundaciones in vitro y mejorar el éxito de esta técnica son algunos aspectos que se debatirán en el congreso organizado por el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) que comenzó ayer. Antonio Pellicer, codirector del centro, apuntó la posibilidad de acabar en 15 años con los problemas para tener hijos.
La posibilidad de derivar gametos -espermatozoides y óvulos- de células madre es una de las líneas de trabajo que más expectativas abre en el tratamiento de la infertilidad a pesar de que se encuentra aún en estadios de desarrollo iniciales. Uno de los principales especialistas en este campo, Jerome Strauss, que participa mañana en el congreso en la sesión referida a nuevas tecnologías, es el autor de un artículo publicado en Science en el que expone cómo a partir de células madre embrionarias obtuvo ovocitos de ratones. Pese a que se trata de un camino que se está comenzando, el codirector del IVI, Antonio Pellicer, mostró su confianza en las posibilidades que ofrece, hasta el punto de señalar que "quizás en 15 años haya desaparecido la infertilidad". Para ello se tendrá que investigar cuáles son los resortes que se han de activar en estas células para derivar de ellas no sólo tejido del corazón o del hígado, sino también para poder producir espermatozoides u óvulos.
Aunque aún se desconoce si será posible conseguirlo, se trataría de "una vía interesante para los pacientes puedan crear sus propios gametos", ya sea por motivos quirúrgicas o de edad, como señaló Carlos Simón, responsable de investigación del IVI. El objetivo, apuntó Pellicer sería el de "crear gametos a partir de células adultas".
Junto a Strauss, en la misma sesión participará Woo Suk Hwang, responsable del equipo que logró por primera vez clonar embriones humanos y sentar las bases de la clonación terapéutica, que pretende obtener células madre totalmente compatibles con la persona a la que hay que sanar y evitar rechazos en los tratamientos. A ellos se añadirá una conferencia sobre las dos primeras líneas de células madre obtenidas en España de embriones humanos congelados, VAL-1 y VAL-2, desarrolladas por Simón, que ya trabaja en otras dos más.
Otras de las posibilidades de futuro en medicina reproductiva se centran en los avances del diagnóstico genético preimplantacional. Esta técnica permite analizar los embriones fecundados in vitro antes de implantarlos en el útero de forma que se pueden seleccionar aquellos que no han heredado la enfermedad genética de sus progenitores para librar a sus hijos de padecerla e incluso transmitirla. El IVI ofrece ya solución a 34 enfermedades -distrofias musculares, fibrosis quística o alteraciones enzimáticas, entre otras- y pretende ampliar este abanico. A estos aspectos se añadió la "fuerte apuesta" por reducir los embarazos múltiples, uno de los grandes retos a los que se enfrentan los especialistas en tratamientos de fecundidad. Una de las claves para lograrlo consiste en encontrar cuáles son las propiedades que caracterizan a los embriones óptimos para implantar en el útero, que en buena parte aun se desconocen. "Tenemos una tasa de gestación de entre el 50% y el 60% por pareja, hasta llegar al 100% queda mucho por hacer", apuntó el otro codirector del IVI, José Remohí.
15º aniversario de una idea
Hace 15 años, Carlos Simón y José Remohí eran dos mires -médicos residentes- que trabajaban junto a Antonio Pellicer en el servicio de ginecología del hospital Clínico de Valencia. Tres lustros más tarde, los tres son las cabezas visibles de un proyecto en el que participan 400 profesionales -especializados en ginecología, obstetricia, genética, biología, andrología, cirugía, medicina materno-fetal o anestesia- que enlaza la clínica, la docencia y la investigación y que, literalmente, ha rebasado fronteras. Además de las instalaciones de Valencia, ha abierto centros, además de Barcelona y Madrid, en algunas de las principales capitales de provincia y ha dado el salto a México.
Pellicer se remontó ayer al año 1990 para recordar la idea de la que surgió todo. "Nos dimos cuenta que la medicina reproductiva iba tan deprisa que para seguir este ritmo era necesario un esfuerzo adicional y recurrir al sector privado". Ayer, el codirector del Instituto Valenciano de Infertilidad junto a Remohí, se congratulaba de haber cerrado el círculo al haber vuelto, de alguna forma, al principio: "En octubre nos constituimos en instituto universitario. Si hace 15 años sacamos el proyecto de la Universidad, ahora la Universidad ha llamado a nuestra puerta".
Durante estos años, el IVI ha logrado que nacieran los primeros niños cuyo embarazo se consiguió con semen congelado obtenido del tejido testicular del padre (1996), ha desarrollado una técnica de cultivo embrionario propia (1997), el nacimiento de un niño sano de padres portadores del gen de la fibrosis quística (2002) o la derivación de las primeras líneas celulares de embriones humanos congelados en España, el año pasado, a cargo de Simón.
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