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Yamandú Orsi asume la presidencia de Uruguay apadrinado por Pepe Mujica

El dirigente de izquierdas hace un alegato en defensa de la democracia, la libertad y la igualdad de oportunidades

El nuevo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, y la vicepresidenta, Carolina Cosse, saludan a sus seguidores tras la asunción celebrada en Montevideo, el 1 de marzo de 2025.
El nuevo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, y la vicepresidenta, Carolina Cosse, saludan a sus seguidores tras la asunción celebrada en Montevideo, el 1 de marzo de 2025.Andres Cuenca (REUTERS)

El izquierdista Yamandú Orsi ya es presidente de Uruguay. “No comienza un tiempo de refundación, sino uno de nuevas propuestas y de construcción permanente”, dijo Orsi este sábado en la ceremonia de asunción en Montevideo. Ha sido la toma de posesión con el mayor número de asistentes internacionales desde 1985, año del regreso a la democracia, evidencia del interés que generó la vuelta de la izquierda a Uruguay tras cinco años de Gobierno de la centroderecha de Luis Lacalle Pou. Por eso, las miradas y los aplausos fueron en buena medida para el expresidente José Pepe Mujica, padrino político de Orsi, presente en el Congreso a pesar de que se encuentra retirado de la actividad pública por el avance del cáncer que padece.

En su discurso frente a la Asamblea General, Orsi recordó que en un día como este, pero 40 años atrás, el país ponía fin a 12 años de dictadura: “Es tan justo como imprescindible mantener intacto el compromiso con la libertad, la verdad y la justicia”. Según expresó, su Gobierno se valdrá de la “acumulación positiva” de la democracia uruguaya, basada en el diálogo y los acuerdos, para hacer frente a los principales problemas que afectan a este país de casi 3,5 millones de habitantes.

José Pepe Mujica y su esposa, Lucia Topolansky, participan en el Congreso de Uruguay de la investidura presidencial de Yamandú Orsi, el 1 de marzo de 2025 en Montevideo.
José Pepe Mujica y su esposa, Lucia Topolansky, participan en el Congreso de Uruguay de la investidura presidencial de Yamandú Orsi, el 1 de marzo de 2025 en Montevideo.Martin Varela (REUTERS)

“Le tengo una confianza bárbara”, dijo Mujica refiriéndose a Orsi, tras asistir a la ceremonia en el Parlamento. “Hace casi 40 años que lo conozco, era un pibe cuando se unió a nuestras filas. Se fue haciendo hombre. Tuvo un espléndido aprendizaje: 20 años en Canelones [como jefe de Gobierno], que es como un Uruguay chiquito. Todos los problemas del Uruguay están en Canelones”, señaló.

Con 89 años, Mujica jugó un rol decisivo en el triunfo del Frente Amplio en la segunda vuelta electoral del 24 de noviembre pasado, pero antes su voz fue clave en el ascenso de Orsi como candidato a la presidencia por la izquierda uruguaya. La fórmula Orsi-Cosse resultó ganadora con casi el 50% de los votos, frente a la oficialista encabezada por el exsecretario de la presidencia Álvaro Delgado, que rozó el 46%.

La comitiva internacional fue numerosa en Montevideo. Viajaron a Uruguay el rey Felipe VI de España; el chileno Gabriel Boric; el colombiano Gustavo Petro, el paraguayo Santiago Peña y el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva; Durante la ceremonia, Lula se acercó a Mujica y le hizo una promesa. “A Yamandú lo voy a tratar con el mismo cariño y la misma amistad que nosotros nos teníamos. No me importa el tamaño de un país, me importa el carácter de su presidente. Larga, larga vida a Pepe Mujica”, dijo, y lo besó en la frente.

No asistieron a la investidura los presidentes de la derecha regional, como el argentino, Javier Milei, quien esta noche abrirá en Buenos Aires el año legislativo. En un tramo de su discurso, Orsi hizo referencia a su concepción de la libertad, la muletilla del discurso ultra de Milei. “Sobrevuela un concepto de libertad ultra individualista que predica el predominio del más fuerte. Nunca será esa nuestra noción de libertad”, aseguró. “¿Cuán libre es quien padece serios problemas de vivienda o de trabajo?”, preguntó a los presentes.

Yamandú Orsi habló de los principales desafíos que enfrenta Uruguay tras la gestión del Lacalle Pou. Hizo hincapié en colocar “todo el peso del Estado” en combatir la pobreza infantil, que afecta al 20% de los menores uruguayos. Tampoco vaciló en mostrarse contundente en la represión del delito; “no habrá contemplación”, dijo y apuntó: “Pero bien sabemos que la solución será insuficiente y hasta demagógica si no atendemos decididamente los múltiples causantes de la violencia”.

En el plano económico, Orsi consideró que Uruguay deberá recuperar la senda de crecimiento económico ―que en la última década promedió el 1% anual― a partir del desarrollo del conocimiento y de la inversión en el país. La economía figura entre las principales preocupaciones de los uruguayos, según una clasificación elaborada por la consultora Cifra, que está encabezada por la inseguridad pública. Con una tasa de 11,2 homicidios cada 100.000 habitantes, la situación de Uruguay no está entre las más críticas de América Latina, pero duplica el promedio mundial.

Luego del acto en Parlamento, Orsi se trasladó junto a la vicepresidenta, Carolina Cosse, a la plaza Independencia, ubicada en el corazón de Montevideo. Allí recibió la banda presidencial de manos de Lacalle Pou y se dirigió a la multitud que lo aguardaba. “Empezamos un período no solo de Gobierno nuevo, sino también de convocatoria de todos los actores”, insistió.

Orsi es el tercer presidente de la izquierda en Uruguay, que gobernó durante tres periodos: primero bajo el liderazgo de Tabaré Vázquez entre 2005-2010, luego con Mujica en el quinquenio 2010-2015 y nuevamente con Vázquez entre 2015 y 2020. Orsi es el único que no nació en Montevideo, la capital. Ese detalle ha sido destacado por su mentor político, Pepe Mujica, que vio en él un buen articulador entre el campo y la ciudad por su experiencia al frente del Gobierno de Canelones, el segundo más poblado de Uruguay. Orsi, de 57 años y profesor de Historia, ejerció cargos públicos desde 2005: fue secretario de la Intendencia y dos veces jefe de Gobierno de ese departamento. Cuando dejó el cargo, en 2024, tenía el 64% de aprobación popular, según la consultora Cifra.

La capacidad de negociación y los acuerdos serán imprescindibles para que Orsi pueda concretar los compromisos asumidos en campaña electoral. Así lo exige la conformación del nuevo Parlamento, donde el Frente Amplio (centroizquierda) cuenta con mayoría en el Senado pero no en Diputados. Con 48 bancas, la izquierda necesitará de la voluntad de dos votos ajenos para alcanzar la mayoría requerida para la aprobación de los proyectos legislativos.

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