El presidente de Ucrania impulsa la democratización en el espacio ex soviético
Los jefes de Estado de los países periféricos de Rusia debaten los conflictos de la región
El presidente de Ucrania, Víktor Yúshenko, abogó ayer por dotar de instituciones permanentes y dar un nuevo impulso a la GUUAM, la asociación de países (Georgia, Ucrania, Uzbekistán, Azerbaiyán y Moldavia) surgida en 1997 como una alternativa a Rusia, que hasta ahora ha sido un foro de debate esporádico. Los numerosos "conflictos congelados" en el espacio postsoviético fueron el tema central de la cumbre de jefes de Estado de esta organización, que se celebró ayer en Chisinau, tras un paréntesis de casi dos años con muy escasa actividad.
Yúshenko presentó una nueva propuesta para resolver el contencioso entre Moldavia y la región secesionista de Transdniéster, congelado desde 1992. La propuesta de siete puntos se basa en la democratización y parte de la convocatoria de elecciones libres con control internacional para elegir un Parlamento en la región secesionista. También contempla una reforma del grupo de observadores militares allí destacada, para subordinarlos a la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE) o a la UE, en lugar de depender como ahora de las cinco partes implicadas en la resolución del conflicto (Rusia, Ucrania, representantes de Moldavia y Transdniéster, así como la OSCE).
Entre bastidores, los dirigentes moldavos acogieron con ciertas aprensiones la propuesta de Yúshenko, aunque en público el presidente Vladímir Voronin dijo que la estudiaría. Al parecer, Chisinau tiene cierto temor a que los separatistas pudieran verse legitimados eventualmente por las urnas. Yúshenko tuvo que puntualizar después que su propuesta es sólo el punto de partida del plan que presentará dentro de tres semanas y señaló que cualquier solución del problema debe basarse en los principios europeos y la Constitución de Moldavia.
Los socios del GUUAM están hoy deseosos de diluir la imagen que les identifica como "países postsoviéticos" empeñados en constituir una alternativa a Rusia. "No somos escombros del derrumbe soviético", dijo ayer Yúshenko. El líder ucranio, el georgiano, Mijaíl Saakashvili, y el moldavo, Voronin, abogaron por la transformación del GUUAM en un instrumento de democratización, crecimiento económico, seguridad e integración en las estructuras europeas.
Integración euroatlántica
El presidente de Azerbaiyán, Ilján Alíev, puso más énfasis en la integración euroatlántica que en la democratización, asignatura ésta en la que va rezagado, considerando las irregularidades en los comicios en su país. La fórmula "democracia, estabilidad y desarrollo" sirvió de consenso a todos. Y dado que los conflictos separatistas son comunes a Azerbaiyán, Georgia y Moldavia, todos se mostraron unidos contra el "separatismo destructivo" y en el comunicado final condenaron las "limpiezas étnicas" y las "conquistas de territorio".
Antes, refiriéndose al Alto Karabaj, un conflicto congelado desde 1988, el presidente Alíev acusó a Armenia de "agresión" y "limpieza étnica". A favor de la democratización en Bielorrusia y en la longitud de onda de la secretaria de Estado norteamericana, intervinieron Saakashvili y el presidente de Lituania, Valdas Adamkus, uno de los invitados a la cumbre junto con el presidente rumano,Traian Basescu.
En el comunicado final, no obstante, la mención a Bielorrusia fue matizada y los presidentes manifestaron su esperanza de que los procesos democráticos en marcha "tendrán un impacto positivo en el desarrollo en Bielorrusia". Los países del GUUAM pidieron a la OSCE que "se esfuerce al máximo" para que Rusia retire sus tropas y armamentos de Moldavia y de Georgia. Moscú tiene un contingente de cerca de 1.200 hombres y unos depósitos de municiones en la región del Transdniéster y bases en Georgia. Saakashvili dijo que antes del 9 de mayo esperaba poder concertar un calendario escalonado para la retirada civilizada de tropas.
La propuesta de Yúshenko para reformar la GUUAM incluye la creación de un secretariado permanente y a la larga una Asamblea Parlamentaria. En la sesión plenaria de ayer, el presidente rumano, Basescu, fue el único que hizo una referencia positiva a Rusia, como país de peso con el que había que contar para resolver mediante el diálogo los conflictos en la zona sobre la que el GUUAM quiere ejercer su influencia, a saber, el Cáucaso y el entorno del mar Negro.
El comunicado, sin embargo, subraya que Rusia es un "factor importante" para la seguridad y la estabilidad en el continente" y expresa una disposición a cooperar de forma constructiva y amistosa con Moscú.
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