La familia solicita los cuidados paliativos

- La Comisión de Seguimiento consideró esta sedación como no ajustada a las recomendaciones.

Un médico del Severo Ochoa decidió en la tarde del 24 de junio de 2004 no sedar a un paciente terminal en su primera valoración pese a que éste se encontraba en "muy mala situación". Tenía la tensión arterial indetectable, no orinaba y "había sido desestimado por Nefrología para la diálisis". "Pese a lo cual no creí indicada la sedación por encontrarse tranquilo y sin dolor ni disnea", escribe el facultativo en su respuesta a la Dirección Médica. La situación, sin embargo, cambió en la mañana del día 25. "Había pasado la noche muy dolorido, se encontraba quejoso y con angustia, por lo que, tras ser solicitada la sedación por parte de su familia y evaluando la situación agónica en la que se encontraba el paciente, decidí iniciarla", escribe el médico, que recuerda que "el paciente presentaba una puntuación de 12 sobre 12, según los criterios de la tabla de valoración de riesgo de fallecimiento".

El facultativo también muestra su intención de seguir en el futuro las Recomendaciones del hospital "siempre teniendo en cuenta la particularidad de la situación y los pacientes".