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Entrevista:ARIANE ARPA | Directora general de Intermón Oxfam

"Por cada euro de ayuda que recibe un país, debe devolver dos"

Ariane Arpa (Valencia, 1965) sustituirá el próximo 1 de julio a Ignasi Carreras al frente de Intermón Oxfam, una ONG que cuenta con más de 210.000 socios y 1.300 voluntarios estables, y que coopera con 533 proyectos de desarrollo en una treintena de países de África, Asia y América. Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, y en Filología árabe, Arpa ha sido seleccionada entre 900 aspirantes a ocupar el puesto en un proceso que ha durado seis meses.

Pregunta. Usted se convertirá en la primera mujer al frente de Intermón. ¿Cree que ha influido el hecho de ser mujer?

Respuesta. Espero que no, aunque me hace mucha ilusión por el mensaje público que esto pueda dar. Pero por otro lado no me gustaría darle demasiada importancia. En España, en el ámbito de las ONG de cooperación, están bastante superados los problemas de las mujeres para ocupar puestos de responsabilidad. No olvidemos que la secretaria de Estado para la Cooperación es una mujer, Leire Pajín.

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P. ¿En qué se va a notar su llegada a Intermón?

R. Cambiarán cosas. De entrada, yo identificaría dos metas: la primera, respetar y reforzar la identidad que tiene Intermón en torno a valores como la justicia y la solidaridad. Éste es un reto que hay que combinar con otro elemento. Y es que nos encontramos en un contexto político con un énfasis cada vez mayor en seguridad en detrimento de los temas de pobreza.

P. ¿Cuál es el papel de las ONG ante esta primacía que se está dando a la seguridad?

R. Sin minimizar el problema de la seguridad y el sufrimiento que provocan las acciones terroristas, nuestro papel es mantener el mensaje de que por encima de la seguridad hay problemas de injusticia y de pobreza en el mundo, y que muchas veces los primeros están ligados a los segundos. Y la mejor manera de conseguir un mundo con relaciones internacionales más sanas es luchando contra las causas de la pobreza y la injusticia.

P. ¿Hay cierto desencanto porque el Gobierno siga dando créditos de ayuda condicionados?

R. Todavía es pronto para hablar de desencanto. El dinero que el anterior Gobierno había ido asignando al desarrollo era claramente insuficiente. Los incrementos a los que se ha comprometido el actual Gobierno (del 0,5% del presupuesto en 2008 y del 0,7% en la siguiente legislatura) ya suponen una mejora. Falta por ver si este compromiso se realiza y, sobre todo, falta por ver lo más importante: el compromiso de no condicionar las ayudas. Gran parte de la ayuda al desarrollo es a cambio de otras cosas (contratos comerciales favorables a España, por ejemplo). Así, si hacemos cuentas, vemos que aunque las partidas de ayuda aumenten, se mantiene la situación en la que por cada euro de ayuda que recibe un país, éste debe devolver dos.

P. ¿Ha dado signos el Gobierno de que esto va a cambiar?

R. Hemos tenido pequeñas señales. Nos preocupa el tiempo que está transcurriendo sin que se concreten instrumentos claros de cooperación para el desarrollo. Estamos a la expectativa.

P. ¿Por qué han pedido que los códigos éticos de las empresas textiles se garanticen por ley?

R. Como ONG no hacemos otra cosa que ser portavoces de la sociedad civil. Cada vez hay más personas conscientes de que hay empresas textiles españolas que logran abaratar sus costes a base de deslocalizar sus plantas, y de mantener a los trabajadores de estas plantas en condiciones laborales inhumanas. La gente está entendiendo que en la industria el beneficio de unos no puede ser a costa de la esclavitud de otros. Con nuestras campañas hemos logrado la reacción de algunas empresas, que han entendido que era mejor adoptar un código ético. Pero hay que dar un paso más para no depender de su buena voluntad. El Gobierno debe tomar medidas marcando una serie de mínimos.

P. Intermón ha pedido que España lidere un pacto para acabar con la venta de armas a países en conflicto. ¿En qué consistiría?

R. En la actualidad existen tratados internacionales que, en teoría, impiden a los estados productores vender su armamento a países que no ofrecen garantías de democracia o seguridad. Pero estos tratados no se están cumpliendo. Nuestra primera reivindicación fue exigir que se cumplieran, pero a pesar del compromiso de varios gobiernos, entre ellos el español, hemos visto que hay que ir más allá. De ahí que ahora promovamos la creación de un tratado global que permita un mayor control sobre el destinatario de las armas. Por una parte, hay que evitar que lleguen más armas a quien no debería tenerlas. Pero, simultáneamente, hay que realizar una labor que favorezca la devolución de las armas por parte de quienes ya las poseen.

P. ¿Ha respondido el Gobierno español a esta propuesta?

R. De momento ha mostrado interés.

P. ¿Qué espera de las cumbres internacionales de Nueva York y Hong Kong en 2005?

R. Tenemos países del sur cuyo principal potencial es la venta de productos agrícolas de gran calidad que se encuentran con la competencia de productos exportados por países occidentales a un precio inferior a su coste de producción gracias a los subsidios a la exportación. Lo que pretendemos es que las reglas del comercio internacional tengan en cuenta estas problemáticas. Si vamos a competir, compitamos en igualdad de condiciones.

Ariane Arpa, responsable de la asociación humanitaria Intermón Oxfam.

 CARMEN SECANELLA
Ariane Arpa, responsable de la asociación humanitaria Intermón Oxfam. CARMEN SECANELLA

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