Sharon logra el apoyo a los Presupuestos y salva el plan de retirada de Gaza
El partido del primer ministro israelí vota hoy si hay o no referéndum sobre la iniciativa
Pese a tener garantizado el apoyo de la mayoría del Parlamento en la votación de los Presupuestos del próximo miércoles, que le permitirá salvar su plan de retirada de Gaza y evitar las temidas elecciones anticipadas, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, continúa navegando en una embravecida tormenta política. El Partido Laborista, su principal socio en la coalición de Gobierno, amenazó ayer con "plantearse su futuro en el Ejecutivo" si el Likud, el partido de Sharon, vota hoy a favor de la celebración de un referéndum sobre el plan de retirada de Gaza.
Los laboristas coinciden con Sharon en su firme oposición a dicha consulta popular, ya que consideran que quienes la promueven "sólo desean retrasar la evacuación de las colonias". De hecho, está casi asegurado el rechazo parlamentario al referéndum, pero el voto a favor de 13 diputados de su partido puede profundizar el cisma en el Likud.
Ayer, Sharon presidió la reunión semanal de su Gobierno, caracterizada por una gran tensión y división en torno a la votación de los dos temas clave: los Presupuestos y el referéndum sobre el plan de retirada de la franja de Gaza. Son dos citas que, en principio, serán favorables al primer ministro, pero que están desgastando su poder dentro del Gobierno y sobre todo en el seno de su partido.
De hecho, Sharon acusó ayer al ministro de Finanzas y su rival más directo en el Likud, Benjamín Netanyahu, "de querer provocar la caída del Ejecutivo". Sharon puso como ejemplo los intentos de Netanyahu de convencer al líder espiritual del partido ultraortodoxo sefardí Shas, el rabino Ovadia Yosef, para que sus diputados voten a favor del referéndum. "Netanyahu no quiere preguntar al pueblo sobre el plan de desconexión de Gaza, él sólo desea el fracaso del plan de Sharon y elecciones anticipadas para poder volver a ser jefe de Gobierno", apuntaban ayer en el entorno del primer ministro israelí.
El dirigente laborista Haim Ramon atacó a los ministros del Likud que votarán hoy a favor de la consulta popular y amenazó: "Si el Parlamento aprueba la celebración del referéndum con la vital ayuda de los votos del Likud, nosotros no seguiremos ni un minuto más en el Gobierno".
Pero ante tanta discusión, amenazas e intrigas, Sharon puede respirar tranquilo, ya que tiene el apoyo de 67 de los 120 diputados de la Kneset (Parlamento israelí) en la decisiva votación de los Presupuestos. Y puede respirar tranquilo gracias al cambio de opinión del partido liberal laico Shinui (Cambio), que finalmente sí votará a favor. A cambio, esta facción -que abandera la lucha contra la influencia de los ultraortodoxos en la vida política israelí- ha conseguido una partida presupuestaria de 700 millones de shekel (unos 125 millones de euros) destinada a sectores tradicionalmente identificados con su partido: ayudas económicas a los estudiantes universitarios, promoción de planes de protección del medio ambiente y más subvenciones a la cultura. Son 125 millones de euros que aseguran, por el momento, la continuidad del Gobierno y alejan el siempre presente fantasma de los comicios anticipados.
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