La gran mayoría de las víctimas del 'tsunami' eran mujeres
El efecto demográfico del maremoto se notará en los próximos años
El tsunami que asoló amplias zonas del continente asiático hace tres meses mató a muchas más mujeres que hombres: hasta cuatro veces más en algunas regiones. Son datos de la organización no gubernamental Oxfam, que advierte de las consecuencias demográficas que esto podría acarrear. Esta desproporción se explica porque la mayoría de las mujeres se encontraban en sus casas o en las playas que fueron barridas por las olas.
El estudio de Oxfam se hizo público al cumplirse, ayer, tres meses de la tragedia, que dejó más de 220.000 muertos y desaparecidos y medio millón de personas sin hogar a lo largo de las costas del océano Índico.
Oxfam ha recibido informes sobre abusos sexuales en los campos de desplazados
Oxfam ofrece cifras recabadas en tres de los lugares más afectados: la provincia de Aceh, en Indonesia; el distrito indio de Cuddalore, y los campamentos de desplazados de Sri Lanka.
En algunas poblaciones de Aceh, por ejemplo, el número de mujeres fallecidas es tres veces superior al de hombres, aunque hay situaciones aún más extremas, como la registrada en Kuala Cangkoy, donde el 80% de las víctimas son mujeres.
Datos similares registra India en el distrito de Cuddalore, el segundo más afectado por el tsunami. En uno de los poblados, Pachaankuppam, sólo murieron mujeres.
Y en Sri Lanka basta un recuento en los campamentos de desplazados para constatar que la gran mayoría de los supervivientes son hombres.
La explicación a esta asimetría hay que buscarla en las propias actividades cotidianas en aquel trágico 26 de diciembre, que era domingo. En la costa de India, muchas mujeres estaban esperando el regreso de los pescadores con sus capturas, mientras que en la costa este de Sri Lanka el tsunami golpeó en el momento justo en que una buena parte de la población femenina se bañaba en el mar.
En Aceh, casi todas las mujeres se encontraban en sus casas con los niños, mientras los hombres estaban haciendo recados o pescando en alta mar, donde salvaron su vida ya que el efecto de las olas fue mucho menor.
"Este impacto desproporcionado acarreará problemas en los próximos años a no ser que todos los implicados en los esfuerzos de ayuda tomen cartas en el asunto, asegurando la protección, la inclusión y la atribución de poder a las supervivientes", indica Becky Buell, directora de planificación de Oxfam. "Las mujeres deben tener las mismas oportunidades que los hombres para reconstruir sus vidas".
Buell añadió que es importante trabajar con los hombres que han perdido a sus esposas, y enseñarles a cuidar adecuadamente de sus hijos.
La preocupación de la organización humanitaria se agudiza tras haber recibido informes sobre violaciones, acoso sexual y matrimonios forzados en los campamentos de desplazados.
En Aceh, la mayoría de los centros de acogida no tienen separación de sexos, por lo que hombres y mujeres de diferentes familias se ven obligados a compartir baños y a dormir en las mismas tiendas de campaña. "Muchas sobrevivientes que perdieron a sus familiares varones duermen en esas tiendas y no tienen protección. Las violaciones ocurren en ese contexto, y después las aíslan para que la gente no hable", afirma Wanti Maulidar, responsable de una organización de mujeres de Aceh. "Cuando les preguntamos a los ancianos, dicen que todas las relaciones son consentidas".
Simultáneamente, los esfuerzos de autoridades y organizaciones humanitarias se concentran en la reconstrucción, si bien la necesidad de recursos es cada vez más perentoria. El Banco de Desarrollo Asiático ha instado a los Gobiernos del mundo a que "honren" su palabra y faciliten la ayuda financiera prometida. El presidente de la institución, Haruhiko Kuroda, ha señalado que todavía faltan 4.000 millones de dólares de las sumas comprometidas con India, Indonesia, Sri Lanka y Maldivas.
Las necesidades son ingentes: en India, 700 kilómetros de carreteras resultaron dañados; en la provincia de Aceh, el 44% de la población perdió su sustento, y en Sri Lanka desaparecieron 100.000 hogares y el 65% de la flota pesquera resultó dañada.
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