Puntualizaciones sobre detenidos en Cuba

El pasado 14 de marzo, el diario EL PAÍS publicaba en su sección de Cartas al Director un escrito de Robert Ménard y Fernando Castelló, secretario general y presidente, respectivamente, de la organización Reporteros Sin Fronteras, dirigido al ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, con motivo del encuentro de éste en Madrid con su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque.

En la citada carta afirman querer llamar la atención del ministro español sobre "la suerte de 21 periodistas encarcelados en Cuba" por el delito, aseguran, de "ejercer la profesión al margen de los medios de comunicación autorizados por el poder de La Habana". Afirman también que se encuentran encarcelados en "celdas insalubres, agua no potable, privación de visitas, malos tratos, falta de cuidados médicos...", por lo que consideran que el ministro Moratinos "tiene la responsabilidad de llamar la atención de su huésped sobre estas cuestiones".

En primer lugar, de los 21 presos citados con nombre y apellidos, sólo cursó estudios de esa profesión y la ejerció alguna vez en su vida uno de ellos, que fue comentarista deportivo.

El delito por el que le han condenado los tribunales cubanos es el de "actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado", delito recogido en el artículo 91 del Código Penal de Cuba y contemplado en las legislaciones de numerosos países del mundo, incluido Estados Unidos.

En cuanto a las condiciones de su encarcelamiento, las numerosas visitas realizadas por organizaciones de derechos humanos e instituciones internacionales como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, varias organizaciones no gubernamentales como France Liberté y Human Rights Watch, entre otras, han dejado constancia del cumplimiento de Cuba de la legislación vigente y de las normas mínimas que establece la ONU y, por supuesto, ninguna de esas acusaciones expresadas por Reporteros Sin Fronteras es verdad.

Ni existe ningún problema de insalubridad en las prisiones, ni falta de agua potable, ni privación de visitas, ni malos tratos, ni ausencia de visitas médicas.