El arquitecto Thom Mayne gana el Pritzker
El jurado del premio sitúa sus edificios "más allá de los límites de lo moderno y lo posmoderno"
De Thom Mayne no cabía imaginar que fuese un candidato firme a recibir el Premio Pritzker. Hay otros compatriotas suyos más veteranos, como Peter Eisenman, o de la misma generación, como Steven Holl, con biografías más ajustadas al perfil del galardón y cuyos nombres estaban en todas las quinielas. Pero el jurado se decidió por quien en sus propias palabras "ha superado los límites de las formas y los materiales tradicionales, a la vez que se esforzaba por delimitar un territorio arquitectónico más allá de los límites de lo moderno y lo posmoderno".
Fundador junto a Michael Rotondi del Grupo Morphosis, y representante junto a Frank Gehry, Eric Owen Moss o el desaparecido Frank Israel de una presunta escuela californiana, Mayne es también, según quienes lo han elegido, "un producto de los agitados años sesenta que ha trasladado a su arquitectura aquel espíritu rebelde". Con seis lustros de ejercicio profesional a sus espaldas y una carrera irregular que se encuentra hoy en un momento pródigo en grandes encargos, este arquitecto que se define a sí mismo como un outsider puede aspirar a partir de ahora a que su nombre se sume a los de las grandes figuras de la Costa Oeste: Charles y Ray Eames, Neutra, Schindler y el propio Gehry.
Creado por la poderosa familia que le da nombre, propietaria de la cadena hotelera Hyatt, el Premio Pritzker se otorgó por vez primera en 1979, sólo un año después de que Thom Mayne hubiese concluido en Harvard los estudios de arquitectura iniciados en la Universidad del Sur de California (USC). Nacido en Connecticut, en el seno de una familia modesta, tenía 10 años cuando llegó a California tras el divorcio de sus padres. Un concurso ganado cuando aún estaba en la escuela secundaria lo llevó a continuar estudiando arquitectura en una institución que tenía entre sus profesores a Craig Ellwood, pero tras concluir esta etapa empezó a trabajar para el urbanista Victor Gruen y a impartir él mismo clases en Pomona; ya desde los comienzos de su labor docente -una constante en la trayectoria de Mayne, actualmente vinculado a la Universidad de California Los Ángeles (UCLA)- se cuestionó la forma de enseñar arquitectura, una preocupación común a un grupo de compañeros con los que fundaría SCI-Arc, una influyente escuela "de vanguardia". Pero los planteamientos de Thom Mayne en contra de lo establecido también se extendían al ejercicio profesional: en 1972, y junto a Michael Rotondi, fundó Morphosis, "una idea más que una oficina", un estudio interdisciplinar con diseñadores, grafistas y urbanistas. Actualmente lidera en solitario esa firma, de la que forman parte 40 arquitectos. El primer éxito de Morphosis llegó con el proyecto del Sequoyah Educational Research Center, premiado en 1974, pero fue en la década de los ochenta cuando su nombre se consolidó con obras extraordinariamente populares, entre las cuales están la casa Lawrence, en Hermosa Beach; el restaurante Kate Mantilini, o la fachada de la librería Hennessy & Ingalls, en Los Ángeles.
El "dinamismo" que Ada Louise Huxtable aprecia en la arquitectura de Morphosis o la "consistencia y convicción" que le atribuye Carlos Jiménez -ambos, miembros del jurado- latía ya en estas primeras realizaciones, abigarradas en la superposición de elementos, excesivas en la distorsión juguetona de la escala e inconfundibles en su preferencia por los materiales industriales. En las siguientes, desde el Centro de Cáncer Cedars Sinai a la escuela Diamond Ranch, pasando por las casas Crawford y Blades en Santa Bárbara, Morphosis se mantuvo tenazmente fiel a su contundencia formal cuando soplaban vientos estilísticos más suaves.
Como en el caso de su antecesora en el premio, la anglo-iraquí Zaha Hadid, que obtuvo el Pritzker en 2004, la constancia expresiva es una de las claves de lo realizado por Thom Mayne, que con proyectos como la escuela de Long Beach o la de investigación en Los Ángeles, ha vuelto a disfrutar del eco mediático de otra época. Concluido el Caltrans 7 en Los Ángeles, monumental sede del Departamento de Transportes de California, Thom Mayne ha ganado el concurso de la Villa Olímpica de Nueva York; tiene edificios en Corea del Sur, Taiwan o Austria, y proyectos en México y España (165 viviendas para el Ensanche de Carabanchel en Madrid).
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