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Esposas y madres de los presos políticos cubanos se movilizan para pedir su libertad

Las 'Damas de Blanco' desafían al régimen en el segundo aniversario de la oleada represiva

Este fin de semana se cumplen dos años de la redada policial que llevó a la cárcel a 75 disidentes cubanos de un golpe. Fue la peor ofensiva desatada nunca por el Gobierno de Fidel Castro contra la oposición interna, tanto por el número de detenidos como por las severas condenas impuestas, de hasta 28 años de cárcel. Con motivo del aniversario, familiares de los 61 activistas que siguen encarcelados realizan estos días ayunos y vigilias para llamar la atención internacional y reclamar una amnistía.

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En el último año, 14 de los 75 opositores fueron excarcelados con una "licencia extrapenal" por motivos de salud. Pero una veintena de los que están en prisión padecen graves enfermedades y no reciben atención médica adecuada, según denuncia la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CDHRN). "Varios de ellos, como Héctor Palacios o José Luis García Paneque, están muy enfermos y sus vidas corren peligro", asegura el presidente de la CDHRN, Elizardo Sánchez.

"Han sido años muy duros. Años que jamás podremos borrar de nuestra mente", dice Gisella Delgado, esposa de Palacios, de 63 años, condenado a 25 de prisión por "conspirar con EE UU", atentar contra la independencia del Estado y socavar la legalidad socialista. Por la misma causa fueron sentenciados los 75, aunque a ninguno se les encontró armas ni los tribunales los acusaron de realizar acciones violentas.

"Ellos son inocentes, es una prisión injusta", sostiene Delgado, una de las mujeres que más se han destacado en la lucha por la liberación de los presos y que, pese al calvario sufrido, no pierde la esperanza: "Tengo fe en que Cuba no puede seguir siendo una sociedad totalitaria que aplasta a las personas que tienen un criterio político diferente". Palacios sufre una cardiopatía y otros problemas de salud, ha sido operado en dos ocasiones y lleva 13 meses ingresado en hospitales penitenciarios, por lo que, piensa Delgado, podría ser uno de los próximos en salir a la calle.

Hoy, en su apartamento de La Habana se reunirán varias esposas y madres de los prisioneros, conocidas como las Damas de Blanco -por el color de la ropa que usan a modo de denuncia-. Ayer, la vigilia se realizó en casa de Laura Pollán, esposa de Héctor Maceda, condenado a 20 años. Realizaron un ayuno, en el que participaron una veintena de personas y varios de los opositores con "licencia extrapenal", una fórmula que posibilita su regreso a la cárcel si reinciden en sus actividades.

"En realidad, no estamos libres, seguimos prisioneros", asegura Margarito Broche, condenado a 25 años y excarcelado hace tres meses, junto al poeta Raúl Rivero y otros cinco disidentes. Broche es el único liberado con una "licencia extrapenal" limitada a un año. "El 23 de noviembre debo volver a prisión", asegura. Su valoración del momento actual es pesimista: "La situación de los derechos humanos sigue igual que hace dos años. Es muy difícil, el acoso a los opositores es permanente".

Otro de los excarcelados, Miguel Valdés, afirmó ayer en casa de Laura Pollán que es amenazado casi a diario con regresar a prisión, pero tampoco ahorró críticas contra la Oficina de Intereses de EE UU en La Habana. "Yo, como otros de mis compañeros, estoy realizando trámites para salir del país. Esta semana tuve una entrevista con una funcionaria norteamericana, y la verdad, me sentí humillado: la señora vino a decirme que para qué luchábamos, si para exiliarnos o para liberar a Cuba".

Las reclamaciones realizadas por Broche, Valdés y los familiares de los presos son compartidas por la mayoría de la disidencia: acercamiento de los presos a sus lugares de origen; mejoramiento de las condiciones en las cárceles y atención médica adecuada; liberación inmediata de los más enfermos, y la principal: amnistía para los 75 y para todos los presos políticos, unos 300, según la CDHR.

Coincidiendo con la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y en vísperas del aniversario -las redadas se produjeron el 18, 19 y 20 de marzo-, el Gobierno cubano hizo público un documento en el que acusó a los 75 de "mercenarios" al servicio de EE UU, negó que la atención médica en las cárceles sea mala y consideró la excarcelación de los 14 como muestra de "la naturaleza magnánima, el profundo humanismo y ausencia de rencor y odio que inspira la actuación de la revolución".

Según Elizardo Sánchez, el encarcelamiento de los 75 fue un "intento de aplastar la voz de la disidencia", pero fallido: "La base social del régimen sigue estrechándose, el descontento va en aumento y éste es la auténtica causa del disenso". Ayer, las Damas de Blanco entregaron sendas cartas ante la Unión de Periodistas de Cuba y el Instituto Cubano de Radio y Televisión criticando el silencio oficial sobre sus casos y demandando la excarcelación de los prisioneros.

Un grupo de esposas de los disidentes cubanos encarcelados, durante su ayuno ayer en La Habana.
Un grupo de esposas de los disidentes cubanos encarcelados, durante su ayuno ayer en La Habana.EFE

Castro, en la revista 'Forbes'

"Confíen, confíen que el país tiene perspectivas serias", dijo ayer a sus compatriotas el presidente cubano, Fidel Castro, tras anunciar la revalorización del peso cubano en un 7% con relación a las divisas extranjeras. El líder comunista dio la buena noticia durante un discurso retransmitido por televisión, que siguió la tónica optimista de sus últimas intervenciones, en las que ha vaticinado mejoras en la distribución de alimentos, el transporte, el suministro eléctrico y la construcción de viviendas. Con evidente satisfacción, Castro explicó que la reanimación económica permite fortalecer la moneda nacional, que hasta el jueves se cambiaba a razón de 24 pesos cubanos por un peso convertible (equivalente al dólar), a la venta, y a 25 a la compra. Desde ayer el peso cubano se canjea a 27 por uno (venta) y a 26 (compra).

"Es la primera vez en la historia de nuestra época... que la moneda de un país del tercer mundo emprende el camino hacia arriba", dijo Castro, quién reivindicó la centralización y las fórmulas económicas socialistas como el mejor modo para sacar adelante el país.

El mandatario cubano volvió a dedicar buena parte de sus palabras a las ollas arroceras y de presión que se han comenzado a distribuir con la libreta de racionamiento. Entre recetas de frijoles y elogios al chocolate en polvo, Castro arremetió contra la revista estadounidense Forbes, que recientemente evaluó su fortuna personal en 550 millones de dólares.

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