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Reportaje:

Negociar en Marruecos

Cada vez son más los empresarios andaluces que se asientan en el país norteafricano en busca de fortuna

No se sabe cuántos empresarios andaluces hay en Marruecos ni cuánto empleo generan; no existe un registro de empresas extranjeras en este país. Lo único cierto es que cada día son mas las personas de Andalucía que van a Marruecos a buscar fortuna, a afrontar nuevos retos o, simplemente, con el deseo de hacer un negocio justo y, de paso, ayudar a este país para que continúe desarrollándose. "Cada vez que cojo un barco o tomo un avión para España me encuentro con un andaluz que aún no conozco, que anda por aquí tratando de montar su negocio", dice Daniel Carneado, director de la UPN (Unidad de Promoción de Negocios en Marruecos), la oficina que la Junta de Andalucía tiene en Casablanca para asesorar a los inversores andaluces que quieran establecerse en Marruecos.

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"Luego, claro, vienen los problemas; no se informan bien y fracasan", continúa explicando Carneado, quien, de paso, da su primer consejo: "¡Que antes de dar cualquier paso se enteren muy bien de todos los trámites, por favor!" Que para eso están, aparte de la UPN citada, dependiente de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y las Cámaras de Comercio españolas de Tánger y Casablanca.

Actualmente, Marruecos es un país propicio para invertir; pero su idiosincrasia y sus leyes son diferentes de las andaluzas y españolas. Se recomienda "ir muy despacio, pensarse muy bien qué se quiere hacer y asesorarse lo más posible", insiste Carneado. Sin embargo, la proximidad geográfica, es una tentación para venirse aquí.

Como lo es el reciente tratado de libre comercio que Marruecos acaba de firmar con los Estados Unidos, con el que, teóricamente, se abren las puertas del mercado americano a productos como el calzado (siempre que los zapatos se fabriquen en el país) sin tener que pagar aranceles. También los acuerdos comerciales favorables que tiene el país magrebí con otros países de su entorno son razones que muchos barajan para crear empresas en Marruecos, en ese afán de llegar a nuevos mercados.

El progresivo desarme arancelario con vistas a la entrada en vigor, en 2012, del acuerdo con la Unión Europea para comerciar libremente y los beneficios fiscales y exención de tasas e impuestos, que, incluso, en algunas regiones se han suprimido, con tal de facilitar la llegada de nuevos capitales, son otros alicientes para el futuro inversor. "En Tánger", explica Néstor Montoya, director de la Cámara Española de Comercio, "los cinco primeros años no se paga el Impuesto de Sociedades y en los años siguientes, sólo el 50%". Luego están las razones estratégicas. Por ejemplo la lengua: en el norte de Marruecos todo el mundo entiende más o menos el español. "Y España, como marca, se vende muy bien aquí. Aquí se sigue muy de cerca todo lo que ocurre en Andalucía y en España, se conocen todos sus productos... y se valoran mucho", añade Montoya.

Ni que decir tiene que la mano de obra barata (el salario medio de un trabajador ronda los 200 euros al mes) y las múltiples ayudas a la inversión, tanto del Gobierno español como del marroquí, además de un clima político estable y unas relaciones de amistad muy favorables en estos momentos entre Andalucía y Marruecos, son, asimismo, argumentos a tener en cuenta por quienes están deseando establecerse en el país norteafricano.

En todos los sectores

Empresarios andaluces los hay en Marruecos en todos los sectores y se les encuentra en dónde menos se piensa. La empresa de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) Cays fabrica en Mohammedia, una ciudad situada estratégicamente a 50 kilómetros de Rabat y 25 de Casablanca, toda clase de puertas para el cierre de garajes, naves industrial y comercios.

Cuenta con una docena de empleados y Joaquín Casado es su gerente. Ya hace nueve años que Casado llegó para explorar las posibilidades de negocio. "Los comienzos fueron muy duros y cada paso que daba era un fracaso. Pero ahora el negocio marcha muy bien. La clave del éxito son mis empleados; ellos son los que lo han sacado". Y si se le pide un consejo para los que llegan de nuevas, Casado no duda en darlo: "¡Tener mucha paciencia y tratar de entender..."

Más cerca de España, apenas a una treintena de kilómetros de Tarifa, en Tánger, la empresa sevillana Pinturas Eurotex ha levantado su fábrica. En una nave pintada de rojo, que llama la atención, trabajan 17 empleados fijos y "sobre 22 en temporada alta", explica José Espinosa, su director. Como casi todas, también esta empresa tuvo sus problemas al principio, hace 10 años, cuando se establecieron aquí. "Entonces era obligatorio tener un socio marroquí, y eso casi nos lleva a la ruina. Hoy ya no es así y el capital es 100% sevillano. Ahora nos va bien", resume Espinosa. Eurotex factura en torno a los 3,5 millones de euros al año.

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