Los pasos de la igualdad

Azucena Lamaza Martín (Elciego, 1947) no se muestra muy optimista respecto al final de la lucha de la mujer por sus derechos. "Nos queda el siglo XXI, fijo. Y hay que tener en cuenta que esa lucha no termina en Europa o en América; hay otros países y también están los inmigrantes que vienen a nuestro país a trabajar. Ahí hay mucha labor que hacer", comentó ayer, Día Internacional de la Mujer, poco antes de recibir un premio en reconocimiento a su labor en pro de la igualdad. Ella fue una de las destinatarias de los dos galardones que entregó por primera vez UGT para conmemorar el 8 de marzo. El suyo reconocía una trayectoria en la que ha pasado por el Ayuntamiento de Vitoria y por las Juntas Generales de Álava.

Lamaza es miembro del Comité de Empresa de Michelín en Vitoria, la única mujer de su sindicato en dicha empresa y del resto de representación sindical. "He tenido que trabajar duro, pero nada habría hecho sin la ayuda de mis compañeros", agradeció. Para Lamaza, la igualdad de sexos sólo se conseguirá cuando "la mujer sea económicamente autónoma".

El segundo premio que entregó UGT en Bilbao fue a parar a la sección sindical de la empresa de conservas y salazones de pescado Salica, de Bermeo. La sección la componen cinco mujeres y un hombre, quien también acudió a recoger la estatuilla. Entre todos han conseguido la creación de más de cien puestos de trabajo fijos, en un sector feminizado y precario.

El reconocimiento de UGT fue una forma más de conmemorar el 8 de marzo, una jornada que estuvo marcada por las concentraciones en las principales localidades vascas en favor de la igualdad de oportunidades.

El Ayuntamiento de Bilbao realizó una declaración institucional en este sentido y se comprometió a "poner en marcha todos los mecanismos" para que las acciones de "las mujeres organizadas" se multipliquen en la capital vizcaína. También el Ayuntamiento donostiarra manifestó su compromiso por la igualdad de sexos, algo que señaló como "un beneficio para toda la ciudadanía". Por su parte, el consistorio de Vitoria se comprometió a "terminar de erradicar cualquier conducta discriminatoria".

Coincidiendo con la fecha, el Gobierno vasco aprobó la creación de un teléfono de atención a mujeres víctimas de violencia doméstica o por razón de sexo.