No hubo sorpresas. Éste era el año de Ray Charles y las quinielas acertaron de lleno. La 47ª edición de los premios Grammy, que se celebró el domingo en el Staples Center de Los Ángeles, tuvo al recientemente fallecido rey del soul como protagonista indiscutible al conseguir los ocho premios a los que era candidato.
La polémica está servida. Por un lado, Paradise now, del palestino Hany Abu-Assad, defiende sin ambigüedades la necesidad de ataques suicidas. Por otro, El paseante del Campo de Marte, de Robert Guédiguian, es una adaptación libre de la obra de Marc Benanamou que en su día motivó agrias discusiones por su visión desmitificadora del que fuera presidente de Francia, François Mitterrand.
Cuatro cantaores, una bailaora, tres guitarristas, dos voces, un percusionista con batería, un bajo, unos teclados, el sonido muy alto, temas flamencos y aflamencados, unas gotas de surrealismo voluntario, otras de caos puro y ratos de gran cante, toque y baile.
R. VÁZQUEZ VILLALOBOS | México