_
_
_
_
_
DESAPARECE EL GRAN RENOVADOR DEL TEATRO CONTEMPORÁNEO

Muere Arthur Miller, voz de la América rota

El autor de 'Muerte de un viajante' falleció ayer en su casa de Connecticut a los 89 años

Arthur Miller, el hombre que escribió en seis semanas Muerte de un viajante, con la que ganó un Premio Pulitzer en 1949 a los 33 años, y que estuvo casado con Marilyn Monroe, murió el jueves por la noche, a los 89 años de edad.

Valorado como el mejor dramaturgo vivo de la literatura estadounidense, Miller "murió en su casa de Roxbury, Connecticut, debido a un fallo cardiaco", comunicó su ayudante, Julia Bolus, que añadió que familiares y amigos del autor le rodeaban en el momento del fallecimiento. Arthur Miller fue premio Príncipe de Asturias en 2002 por "haber logrado transmitir desde la escena las inquietudes, los conflictos y las aspiraciones de la sociedad actual".

Tras leer 'Los hermanos Karamazov', de Dostoievski, decidió que quería ser escritor
"Era una obra literal sobre un vendedor, pero se convirtió en un mito", declaró el dramaturgo sobre la pieza que le valió su consagración
Naima Prevots: "Defendía valores universales, no sólo americanos, como la libertad. Habló para las generaciones venideras"
Miller se dejó llevar por el escepticismo ante la "quiebra de la actividad política"
Más información
La mirada trágica
El hombre que mantuvo el tipo
Querido Arthur
Una vida errante

Las seis décadas de actividad literaria de Miller -entre 1944 y el pasado año, cuando estrenó su última obra en el teatro Goodman de Chicago- han configurado el escenario norteamericano. En una veintena de obras -desde Muerte de un viajante, escrita en 1949, hasta Panorama desde el puente, por la que recibió su segundo Pulitzer en 1955, Todos eran mis hijos, Las brujas de Salem o Después de la caída-, el prolífico y didáctico Miller habló de la crisis de la familia y los valores, de la responsabilidad personal y de los problemas políticos y sociales y su repercusión en la gente y en la fragmentación de la sociedad.

"Escribió obras que exploran la naturaleza de la vida americana y dejó una huella fundamental en el teatro de Estados Unidos", según declaró Kay Mussell, decana de la Facultad de Literatura de la American University, en Washington, que añadió: "Llevó a los escenarios las diferentes vidas de los representantes de la sociedad estadounidense".

Nacido el 17 de octubre de 1915 en Nueva York, en una familia judía de clase media, los años de la Depresión económica influyeron notablemente en su trabajo. La casa de Brooklyn a la que se mudó la familia tras la ruina y el desempleo paterno le sirvió de modelo para la vivienda del protagonista de Muerte de un viajante. Acabado el bachillerato, trabajó en un almacén de repuestos de automóviles para costearse la universidad, con un objetivo muy claro: tras leer Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, Miller decidió que quería ser escritor.

En 1938, después de estudiar inglés y periodismo, empezó a escribir guiones de radio. Estrenó su primera obra en Broadway en 1944, pero sólo aguantó cuatro representaciones. Tres años más tarde, Todos eran mis hijos ganó el premio del Círculo de la Crítica de Nueva York.

En 1949 logró la consagración nacional e internacional con Muerte de un viajante, la tragedia de Willy Loman, el vendedor que cree en el sueño americano y oculta a sus amigos y familiares los fracasos en su empleo, y que acaba estrellándose con su automóvil -para que su familia cobrara el seguro y su hijo tuviera una vida mejor- tras haber sido despedido. "Jamás imaginé que adquiriera las proporciones que ha tenido. Era una obra literal sobre un vendedor, pero luego se convirtió en un mito, no sólo aquí, sino en muchas otras partes del mundo", dijo Miller en 1988.

En los años cincuenta fue víctima de la caza de brujas dirigida por el senador Joe McCarthy y compareció en 1956 ante el comité del Congreso que investigaba supuestas "actividades antiamericanas". A pesar de las presiones -le fue retirado el pasaporte y no pudo viajar al estreno de una de sus obras en Bruselas-, Miller no dio ningún nombre de sus amigos militantes y declaró que, aunque había asistido a reuniones en 1947 y firmado varios manifiestos, no era comunista. La comisión quiso sancionarle, pero un tribunal lo impidió. Utilizó la experiencia de aquel tiempo y la suya propia para escribir Las brujas de Salem. "Miller defendía valores universales, no sólo americanos, como la libertad. Habló para las generaciones venideras", en opinión de Naima Prevots, directora del Departamento de Teatro de la American University. "Su estilo hermoso y profundo, a la vez que muy dramático, le convirtió en uno de los mejores dramaturgos del siglo XX".

Activo en política -fue delegado en la Convención demócrata de 1968-, Miller se dejó llevar posteriormente por el escepticismo. En otra entrevista en 1989 dijo: "Estamos viviendo la quiebra de la actividad política, una quiebra moral. Es muy difícil encontrar a cualquier persona en cualquier parte que no mantenga una indudable sospecha hacia los políticos, cuando no desprecio, y una indudable desconfianza sobre la eficacia de los programas políticos a la hora de curar nuestros males".

En 1956 se casó -era su segundo matrimonio- con Marilyn Monroe, de la que se separó en 1961. Un año después, la actriz se suicidó. El dramaturgo había escrito para ella el guión de la película Vidas rebeldes, y reflejó los cinco atormentados años de relación en Después de la caída, con el carácter autodestructivo de la protagonista, Maggie. En su autobiografía, A vueltas con el tiempo, publicada en 1987, Miller escribió que para haber sobrevivido Marilyn Monroe "tendría que haber sido o más cínica o más distanciada de la realidad de lo que ya estaba. En lugar de eso, se convirtió en una poeta en la esquina de una calle intentando recitar ante una multitud que quería quitarle la ropa". Su último estreno en EE UU, el pasado otoño -después del declive en su producción- fue La imagen acabada, y se basaba también en su relación con Marilyn Monroe. En España, su último montaje fue de El precio. Miller se casó por tercera vez con la fotógrafa Inge Morath, fallecida hace cuatro años. El jueves, su última compañera, la pintora Agnes Barley, de 34 años, estaba junto a la hija, la hermana y los nietos del dramaturgo cuando éste falleció.

El descenso del monte Morgan, su obra sobre "la traición y la bigamia, las crisis y las reconciliaciones", se publicará en España el próximo otoño, en Tusquets. También en octubre la Fundación Príncipe de Asturias prepara un homenaje de "recuerdo, admiración y gratitud" al escritor. Los príncipes de Asturias enviaron ayer un telegrama de pésame a la familia del dramaturgo.

Arthur Miller, fotografiado en Oviedo en octubre de 2002.
Arthur Miller, fotografiado en Oviedo en octubre de 2002.GORKA LEJARCEGI
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_