Los artistas de América Latina despliegan toda su potencia creativa
44 galerías buscan nuevas fórmulas para resaltar la diversidad y la identidad regionales
Argentina, Cuba, Brasil, Colombia y Puerto Rico son, entre otros países de Latinoamérica y el Caribe, protagonistas estos días en Arco (además de México) y una de las apuestas fuertes de la feria internacional para impulsar y promocionar el arte de estas regiones, tan ávidas por penetrar en el complejo mercado europeo. Con 44 galerías, esta edición se ha convertido en la feria con mayor presencia latina. Se buscan nuevas fórmulas para resaltar la pluralidad y diversidad de la oferta artística latinoamericana.
Desde 1997, año en el que Latinoamérica fue elegida como invitada de honor, se ha abierto una brecha por la cual cada año son más las galerías que participan en Arco. Esta lanzadera internacional, desde la cual artistas latinoamericanos y caribeños, consagrados y jóvenes que emergen, alzan su voz y reivindican un espacio para su creación, se presenta enérgica, fresca y llena de propuestas reveladoras. "Nos proponemos hacer un seguimiento del arte latinoamericano y seguir promocionándolo y difundiéndolo a través de foros de debate y foros relacionados con el coleccionismo", explica Rosina Gómez-Baeza, directora de Arco, que destaca la importancia de la presencia de un país como México, primer país latinoamericano invitado de honor, con 17 galerías.
¿Exotismo, nuevos desafíos, el valor añadido del mestizaje? ¿Por qué esta apuesta por las creaciones artísticas de Latinoamérica? Todo se reduce a una cuestión de identidad cultural, "una sensibilidad hacia el arte latinoamericano por proximidad cultural y porque forman parte de nuestra identidad", asegura Gómez-Baeza. Como plataforma que recoge esta propuesta por la difusión del arte latinoamericano surge este año ArcoLatino. De la mano del director de Atlántica (CAAM) y editor independiente Antonio Zaya, nace este audaz proyecto, un espacio de diferencia y no de exclusión, con el objetivo de "incluir en el circuito artístico a galerías menos conocidas y buscar la fórmula de hacer más atractiva la noción de pluralidad y diversidad del entorno artístico latino", explica Gómez-Baeza.
Identidad regional, individualismo, compromiso social, son algunas de las cuestiones que abordan las galerías latinoamericanas. Argentina vive una explosión cultural, "sobre todo de consumo cultural", asegura Orly Benzacar, directora de la galería Ruth Bezancar, una de las más antiguas. Representa al arte argentino como una identidad regional y asegura que es un reto marcar esa diferencia. Artistas como Constantino, Macchi, Siquier, están representados en esta galería considerada como una de las doscientas mejores del mundo. La galería Zavaleta LAB, también argentina, apuesta en cambio por la internacionalización del arte argentino y por el lanzamiento de artistas jóvenes (Déborah Pruden, Julián Trigo, Nahuel Vecino) desde una plataforma donde las transformaciones y las adaptaciones al arte contemporáneo más universal son las reglas del juego. También hay espacios para las nuevas tecnologías. Del infinito arte apuesta por dar cobertura a propuestas argentinas más arriesgadas desde soportes digitales.
La galería colombiana Alcuadrado exhibe en el espacio The Black Box El puente, retratos del Cali de los años cincuenta y sesenta proyectados por Óscar Muñoz en las aguas bajo un puente de la ciudad.
Desde el Caribe llegan propuestas consolidadas y audaces. La galería cubana Oficios impulsa a artistas rupturistas como Sandor Domínguez aprovechando la impronta de su artista-estrella Nelson Domínguez. La galería Habana presenta a artistas consagrados como Mendive o jóvenes como Diago. Las dos galerías destacan el trasfondo social del arte cubano y el valor añadido de unas creaciones que nacen desde la crítica, la reflexión, y en muchas ocasiones de la precariedad. Puerto Rico, representada por la galería Walter Otero, lucha por hacerse un hueco en el circuito artístico y dar difusión a sus artistas tradicionales y vanguardistas, y la galería dominicana, Varelli, resalta las dificultades que a veces encuentra el arte para difundirse cuando emergen en el país dificultades económicas y políticas.
El arte brasileño está presente en el programa general de la feria en cuatro potentes espacios expositivos, así como en la sección Arco Latino, informa Yuma Gómez-Cornejo. Dan Galería presenta obras de figuras clave como Tarsila do Amaral o Alfredo Volpi, y apuesta por el concretismo encabezado por Lygia Clark, mientras que la galería Fortes Vilaça despliega una propuesta llena de energía entre la que destacan José Damasceno o Vik Muñiz. Un collage de piezas de balones de Felipe Barbosa o la televisión forrada de ganchillo de Joana Vasconcellos atraen la mirada al espacio de Casa Triângulo, especializada en artistas brasileños emergentes. Por su parte, la veterana galerista Luisa Strina destaca la necesidad de mantener una presencia continuada en las ferias para "promover a los jóvenes y reafirmar a los viejos".
Babelia
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